Con un aprovechamiento sustentable y capacitación hacia los productores para evitar que los depreden de su medio silvestre, el ajolote podría salvarse de la extinción, aseveró Aldo Fernando Luna Peñaloza, especialista en el manejo de reptiles y anfibios.
El biólogo de profesión, quien cuenta desde 2011 con la única Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) encaminada al aprovechamiento de este anfibio, refirió que desde hace 17 años se dedicó a perfeccionar la técnica de reproducción y mantenimiento en cautiverio, para que después productores pudieran reproducirlos y comercializarlos legalmente.
Explicó que al capacitarlos para la reproducción, ya los pueden vender de manera sustentable y al hacerlo se evita que desaparezcan de esta región.
Reconoció que el principal problema que enfrenta Tlaxcala es que en los cuerpos de agua la gente introdujo carpas y tilapias, peces que son enemigos de los ajolotes e impiden su reproducción al depredarlos y eso merma su número, aunque las personas creen que existe un gran número de éstos.
“Los confunden con los renacuajos porque no los conocen y piensan que ahí abundan y no están en peligro porque están en cualquier charco, pero si siguen depredándolos y no hacen nada para regenerarlos de forma natural se terminarán extinguiendo”, advirtió..
Recordó que su afición por estos organismos surgió cuando realizó un voluntariado en las primeras UMA´S que surgieron en Xochimilco, de ahí que trajo la idea para reproducirlos y tenerlos como mascota.
Eso sí, aseguró que su unidad cuenta con permiso de la Semarnat, instancia a la que le entregó un plan de manejo para describir los procedimientos y técnicas para mantener y reproducir en cautiverio la especie, lo que le dio la oportunidad de manejarla y comercializarla.
Dijo que, en 2011, la misma dependencia federal apoyó su proyecto a través del programa de Fomento de fortalecimiento o creación de nuevas UMA´S con 163 mil pesos para terminar de equipar su laboratorio y la infraestructura donde tiene los estanques.
Finalmente, puntualizó que al venderlos los expide con un número de marcaje, taza de aprovechamiento del año en curso y los números de registro de la Unidad para que sean legales.
“Se cree que conservar una especie es encerrarla y que nadie la vea, pero no es la mejor opción, pues si tiene un uso o valor comercial es una especie que se puede aprovechar”.
Fernando Luna Peñaloza / Especialista en reptiles y anfibios
SU PRODUCCIÓN
- Alrededor de 300 a 600 animales anualmente, los cuales vende a acuarios y como mascotas.
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