Rufino Flores, el campanero de la Parroquia de San Bernardino de Siena que el pasado 14 de mayo resultó herido al cumplir con su deber religioso, fue dado de alta tras permanecer ocho días hospitalizado y actualmente se encuentra en reposo en su domicilio.
En entrevista telefónica con El Sol de Tlaxcala, el hombre de 68 años agradeció a San Bernardino de Siena el “milagro” de seguir con vida, pues de acuerdo con los médicos, el duro golpe con la campana y la pérdida de sangre pudieron ser fatales.
La herida no le provocó fractura ni fisura en el cráneo, pero lo mantuvo intubado por cuatro días en el Hospital Regional de Tzompantepec, adscrito a la Secretaría de Salud.
Acompañado de su hijo Miguel Flores, el señor Rufino Flores agradeció el apoyo de la Coordinación Estatal de Protección Civil, que encabeza José Antonio Ramírez Hernández, así como de la Policía de Montaña, al coordinar su rescate desde lo alto de la iglesia (unos 15 metros) y con equipo de rappel descenderlo para llevarlo al hospital con prontitud.
“Gracias a Dios estoy bien, ya pasó el susto, estuve ocho días en el hospital por un descuido al tocar las campanas… estoy agradecido con nuestro santo patrono San Bernardino de Siena por no dejarme solo en estos difíciles momentos y permitir que volviera a ver la luz”, expresó nostálgico.
A pregunta expresa, don Rufino indicó que no recuerda nada, solo que estaba repicando la campana y de repente perdió el conocimiento, para volver a abrir los ojos cuatro días después de estar intubado.
Actualmente le faltan fuerzas para caminar y permanece en cama, por lo que no ha podido ir a la parroquia de San Bernardino para dar gracias, pero asegura que lo hará pronto. Sobre el repique campanas, agregó que lo hizo al tener esa encomienda como parte de su cargo eclesiástico y debido a que iniciaba el novenario por la fiesta patronal anual en honor a San Bernardino.
Con información de Eduardo Tlachi
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