Antes de responder una serie de preguntas que este Diario le hizo, doña María del Pilar Xochipa Cano acomoda su cabello y cuidadosamente se sienta en una banca de metal que está colocada junto a una puerta. Es el acceso a una de las oficinas de la Casa de Día del Adulto Mayor, que es como un segundo hogar.
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Conocido también como Centro de Capacitación Luis Munive y Escobar para mujeres, ese sitio ubicado en Ocotlán, municipio de Tlaxcala, se ha convertido en el segundo hogar de María del Pilar, quien a sus 72 años es uno de los 149 mil adultos mayores que hay en Tlaxcala.
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Tras la muerte de su mamá, hace aproximadamente cuatro años, se mudó a casa de su hija y desde entonces vive con ella, su yerno y sus dos nietos, y para no estar sola por las mañanas cuando ellos salen a trabajar optó por acudir a de la Casa de Día del Adulto Mayor. Ahí se la pasa de lunes a viernes, de las 09:00 a las 16:00 horas.
Ahí, al igual que ella, varios adultos mayores de 60 años asisten para ser cuidados y atendidos por un grupo multidisciplinario, cuya intención es que vivan una edad de oro con calidad.
Al ser cuestionada sobre su percepción acerca de la vejez, María del Pilar Xochipa Cano, quien es además una maestra jubilada, aseguró que se trata solo de una etapa más de la vida.
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Yo la estoy viviendo bien porque yo tenía que llenar un vacío, algo me hacía falta y aquí lo encontré. Desde entonces me siento mejor, expresó en entrevista con El Sol de Tlaxcala.
Al sostener que llegar a la tercera edad no siempre se trata de un proceso triste, indicó que un sitio para adultos mayores es una opción para encontrar el calor humano que puede faltar en casa, en donde incluso obtendrán un cuidado y atención especial a cualquier padecimiento que sufran.
"Encontrarían el cuidado, la atención, el servicio, el compañerismo, la alegría y el hacer actividades que les hagan olvidar los problemas que trae. La atención de la madre responsable de este instituto es muy buena, ella y quienes apoyan siempre está al pendiente de nosotros", compartió.
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En la charla contó cómo con la jubilación como maestra, específicamente como directora de una escuela secundaria, llegaron varios cambios a su vida. En un inicio se quedó en su casa, ubicada en Panotla, y cuidaba de su mamá, pero cuando falleció su hija le pidió mudarse con ella a Ixcotla, Chiautempan, para que atenderla fuera más fácil.
Si extrañaba la casa, más que nada a mi mamá, pero me fui (de Panotla a Ixcotla) porque ellos no querían que me quedara sola en la casa, relató con una visible expresión de melancolía.
Al ser cuestionada sobre ser un adulto mayor y todos los cambios que implica la también llamada tercera edad, la maestra contó que para ella dejar de trabajar implicó un cambio brusco y ocasionó que durante varios años se sintiera vacía porque no estaba acostumbrada a estar en casa.
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Después me fui a Ixcotla y ahí tampoco hacia nada práctico, algo que me llenara mi tiempo porque ellos (su hija, su yerno y su nieto) también son maestros y se van a trabajar y entonces yo me quedo sola en casa y eso hacía sentirme triste, detalló.
Contó que hace no mucho tiempo llegó a de la Casa de Día del Adulto Mayor al ser una opción que le permite hacer actividades durante el tiempo que su familia labora y está fuera de casa.
Esta es una Casa de Día, como la que tenemos los maestros, pero no se me ocurrió ir allá… Después de pedir información e investigar, pues a ellos les agradó y a mí me encantó, añadió.
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Compartió que en el sitio se siente a gusto, que está rodeada de personas con edades similares a la suya y que, de la misma forma que ella, acuden ahí porque en su casa no hay quien los cuide o esté con ellos.
Nos ponen actividades buenas y bonitas que nos entretienen, porque otra vez le encontramos otro sentido a la vida. Es agradable estar aquí, nos enseñan cosas, nos dan la atención médica, están al pendiente de nosotros, relató.
CASA PARA EL ADULTO MAYOR
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En Tlaxcala hay espacios que brindan atención a los adultos mayores de forma permanente, y se convierten en sitios en donde la mayoría de las veces viven sus últimos años, como el Asilo de Nuestra Señora de Ocotlán, en el municipio de Tlaxcala; el asilo Edad de Oro de los Abuelos, en Españita; o el Hogar del Perpetuo Socorro, en Huamantla, que subsisten de cuotas voluntarias y donaciones y caridad.
Sin embargo, hay otros que en determinados horarios ofrecen cuidar del adulto mayor y hacerlos participar en distintas actividades, como la Casa de Día del Adulto Mayor, en Ocotlán, o la Casa del Anciano, en Huamantla.
La Casa de Día del Adulto Mayor, también conocida como Centro de Capacitación Luis Munive y Escobar para mujeres, oficialmente nació en 2021, una vez que fueron eliminadas las restricciones por la pandemia por Covid-19, pues anteriormente funcionaba como un Centro de Capacitación que desde 1978 formaba agentes de evangelización.
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La fundadora del centro que ahora es la Casa de Día del Adulto Mayor, la hermana Caritina Tinoco Gutiérrez, comentó que antes de atender a los adultos ese sitio se enfocaba en la educación y capacitación integral de enfermos, ancianos, personas con discapacidades y jóvenes con vocación de servicio, que la llegada de la pandemia dejó de ofrecer el servicio de escuela. El virus de Covid-19 género circunstancias que nos orilló a cerrar el nivel preparatoria, y entonces quedó únicamente para brindar la atención a personas de los sectores vulnerables ya mencionados, compartió.
OFRECEN VARIAS ACTIVIDADES
La hermana Rosa María Nava Flores, responsable de la también llamada Estancia del Adulto Mayor, indicó que su misión es dar a los adultos mayores un momento agradable, sobre todo a quienes se quedan solos en los hogares cuando sus familias salen a trabajar o a estudiar.
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Mencionó que ofrecen la atención de 9:00 a 16:00 horas, de lunes a viernes, aunque hay personas que por sus necesidades y las actividades de sus familiares se ven en la necesidad de ingresar desde las 7:00 horas.
Contó que en la Casa los adultos mayores desayunan, comen y se asean, participan en activación física (de acuerdo con sus edades), en distintos juegos de mesa y de destreza que los ayuda a mejorar psicomotricidad, y en clases de baile y canto, entre otras.
Añadió que actualmente en el sitio son atendidos 24 adultos mayores, pero indicó que en algún momento llegan a ser 30 puesto que no todos acuden de lunes a viernes, lo hacen solamente algunos días.
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Dijo que las edades de quienes están en la Casa varían. El adulto más joven tiene 65 años y el de mayor edad tiene 98; algunos padecen diabetes, y otros hipertensión; también hay quienes están en el proceso de la demencia senil, pero a decir de la hermana el abandono es algo común entre ellos.
LAS CUOTAS SON VOLUNTARIAS
Daniel de Anda González, trabajador social del centro, comentó que las familias que llevan a sus adultos mayores otorgan una cuota voluntaria al mes de 250 pesos que sirve para sufragar los gastos por los alimentos y una serie de cuidados y actividades a cargo de un equipo multidisciplinario de aproximadamente 10 personas, como un trabajador social, un médico, una gerontólogo, un psicólogo y enfermeras.
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Destacó que es voluntaria porque si en algún momento la familia no tiene la posibilidad de darlo o simplemente decide ya no hacerlo, el adulto mayor puede seguir acudiendo al sitio.
La Casa de Día del Adulto Mayor económicamente se sostiene de las cuotas de las familias, pero también de donaciones que hacen personas y colectas en la central de abasto y mercados que hacen los encargados del sitio.