Las tonalidades naranja y amarillo decoraron los panteones de la entidad tlaxcalteca por la vistosidad del cempasúchil, en el reencuentro entre vivos y muertos que se dio ayer viernes primero de noviembre en el Día de Todos los Santos.
Desde temprana hora y a lo largo de todo el día, centenas de familia acudieron al camposanto a depositar flores para honrar a sus difuntos y tener un momento de compartir con ellos y sentirlos cerca.
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Este primero y 2 de noviembre los panteones irónicamente están llenos de vida, las tumbas son limpiadas de la maleza que en gran parte del año a muchas de ellas las caracterizan, la flor de cempasúchil con su peculiar color y aroma las adornan bellamente, hay quienes muestran un mayor esfuerzo y dedican gran parte del día para decorarlas bellamente.
El humo de los copales también invade el ambiente, así como las luces de las veladoras que destacan en los panteones al convertirse para las familias en el puente de comunicación con sus difuntos.
Sin importar el tiempo de la pérdida que se haya registrado en las familias, el dolor y la tristeza que genera la partida de un ser querido no disminuye, en los panteones no falta el llanto y los recuerdos.
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Es el caso de la señora Bertha, quien acompañada de su familia acudió a enflorar a su hija, que murió hace más de 40 años, a la edad de año y medio. Su madre aún no supera la muerte de la menor y el llanto todavía la invade al hablar de ella.
COMERCIO ES IMPULSADO EN ESTA TEMPORADA
Los panteones también se convierten en un espacio comercial estos días, tal es el caso de los ubicados en las localidades Acuitlapilco, Atlahapa, Ocotlán y la colonia San Gabriel, de la capital tlaxcalteca.
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Desde la venta de antojitos mexicanos como mole de panza, chicharrones preparados y tacos que van de los 35 a los 70 pesos; la comercialización de manojos de flores que dependen del tamaño, pero pueden variar de los 30 a los 50 pesos, así como los botes para colocar las flores que tienen un valor de 10 pesos promedio.