En la primera sesión del curso “Introducción a la gestión y registro de colecciones”, Livier Jara García, especialista del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, compartió con los museógrafos locales la importancia de las colecciones que posee cada museo en el estado.
En primera instancia, la ponente definió a una colección como “lo más valioso que puede tener un museo, recurriendo a la definición ésta ‘es un conjunto de objetos materiales e inmateriales, muchas veces el valor está no solamente en el objeto sino en lo simbólico, pueden ser obras de arte, artefactos, documentos, archivos, testimonios… en los que un grupo de individuos se han encargado de reunir, clasificar, en un contexto seguro las piezas, con el objetivo de comunicarlo un público amplio”.
En el Museo de Arte de Tlaxcala (MAT), compartió que las colecciones generalmente poseen características que las hacen diferenciarse del resto de las obras de arte, “por ejemplo, generalmente alguien que tiene una colección da a conocer un nivel de estatus con ella”.
Destacó que ésta igual se hace acreedora de un valor como patrimonio, pues desde que se elige para ser exhibida será una herencia para las actuales y futuras generaciones, “también adquiere y da prestigio, quien posee una exhibición tiene algo que lo diferencia del resto de su contexto”.
Asimismo, explicó que las colecciones también suelen representar una inversión para las personas o los recintos que las resguardan, pues éstas, actualmente o en un futuro pueden representar un alto valor monetario, por lo que “también hay mucha pasión, la gente se puede pasar muchísimo tiempo buscando algo muy puntual”.
La especialista resaltó que las colecciones también requieren un alto nivel de estudio y de investigación para poder conocer a fondo su valor, historia y la memoria de la época en la que estuvo, “qué hizo para definirnos cómo sociedad y cuál era su importancia, es decir, saber el nivel de discurso que está queriendo decir algo a través de ella”.
Jara García aseguró que muchas veces los titulares y personal de los recintos tienden a olvidar estas características y dejan de lado la colección principal que resguardan por priorizar a las exposiciones temporales que arriban a los museos.
“Sin duda, las colecciones tienen que ser una prioridad para todas las instituciones, muchas veces se quedan como en un segundo plano, la atención se va a otras actividades y dejamos el actor principal en otro lado. Cuando se define como prioridad para las instituciones se van a tomar mejores medidas para protegerlo”, finalizó.
En una colección hay alguien hablando, está queriendo decir algo… podemos dar por hecho que son algo viejo, pero si nos ponemos a pensar, en ellos hay un valor subjetivo de alguien diciendo algo del mundo que es muy importante
Livier Jara / Museógrafa