Las ferias patronales están más vigentes que nunca en Tlaxcala. Estas celebraciones anuales combinan lo religioso con festejos paganos, quema de pirotecnia, juegos mecánicos, degustación de antojitos mexicanos y por supuesto el baile popular.
Con la presentación de Miguel Ángel Anzaldo y su grupo Súper Karr Internacional, la noche de este viernes 17 de enero inicia la fiesta religiosa en Belén, comunidad ubicada en la mancha urbana de la zona centro de la entidad tlaxcalteca y perteneciente al municipio de Apetatitlán.
Con este evento también arrancan los principales festejos religiosos del mes de enero en Tlaxcala, los cuales congregan cada año a miles de personas que ven en el baile popular una distracción práctica y económica para sacar el estrés laboral y reunirse con su familia o amigos, al ser la gran mayoría gratuitos.
Entre las principales fiestas patronales destacan los programados en honor a Santa Inés, Zacatelco; San Sebastián, en Atlahapa, Tlaxcala; San Ildefonso, en Hueyotlipan y San Vicente, en Nativitas, con la presentación de agrupaciones de renombre como “Los Acosta”, “Mi Banda El Mexicano”, “Fidel Rueda”, Grupo Niche”, “Edwin Luna y la Trakalosa”, “Súper Lamas”, “Los Titanes de Durango”, “Jorge Domínguez y su grupo Súper Class”, entre muchos más.
Se suman la fiesta en honor a San Juan Bautista, en Totolac, Santa Inés Tecuexcomac, Ixtacuixtla; San Francisco, en Temetzontla y la tradicional y muy conocida “tamaliza” de Santa María Ixtulco, Tlaxcala, que se celebra el tercer sábado de enero y 15 días antes de la feria patronal en honor a La Candelaria.
Antes ya se celebró el pasado 5 de enero la fiesta en honor al Dulce Nombre de Jesús, en Texcacoac, Chiautempan; Los Reyes, en Quiahuixtlán y las fiestas en honor a la a Virgen de Guadalupe que se celebran el 12 de enero (un mes después de la fiesta anual en México) en las comunidades de Santa Cruz Guadalupe, Chiautempan y Villarreal, Terrenate.
De acuerdo con sociólogos, las fiestas que pueblan el calendario español constituyen un caso especial ya que, al mismo tiempo que comparten características propias, tienen una doble particularidad: su origen religioso y la delimitación geográfica de una comunidad concreta, aunado a su propia simbología, rituales, modificaciones y adecuaciones conforme ha pasado el tiempo.
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