Deben los feligreses confiar en Dios ante las dificultades que enfrentan a causa de Covid-19, sostuvo el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, en la reflexión de las Siete Palabras del Señor del Viernes Santo.
Vivir con agradecimiento
De forma virtual y sin presencia de fieles como una medida sanitaria para evitar contagios de esa nueva enfermedad, pidió que las Siete Palabras sean tomadas en espíritu de contemplación y agradecimiento por todo lo que Jesús ha hecho por los feligreses, sobre todo en medio de una pandemia. Desde la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, una capilla emblemática para los tlaxcaltecas en donde se encuentra una imagen de Cristo Crucificado del siglo XVI, mencionó que durante este tiempo de pandemia por la Covid-19, muchas personas han enfrentado sufrimiento, enfermedad y, entre otras cosas, la pérdida de seres queridos.
Por eso, insistió en confiar en Dios ante la situación que el mundo vive y que se traduce en un tiempo de ansiedad, temor e incertidumbre, pues dijo que es algo que asusta a las personas, quienes temen por su futuro, por sus familias, por su trabajo, tienen miedo al fracaso, a la muerte, padecen de una profunda inseguridad y se derrumba su confianza.
Ahora disponemos de la vacuna (contra Covid-19) y sin embargo tenemos miedo ante esto, por eso, tengamos presente la última palabra de Jesús en la cruz porque nos ha confiado en las manos del Padre, expresó.
Al recordar que fue en la cruz donde Jesús pronunció las últimas palabras, solicitó a los fieles aprender que en el Sábado Santo el Sepulcro de Jesús es un mensaje a ser pacientes mientras esperan una palabra nueva ante la adversidad que el mundo vive a causa de la Covid-19, pues explicó que sin duda está en proceso de salir a la luz. “Y aunque la vida puede parecernos de improviso arruinada y desprovista de sentido, nos podemos preguntar ¿por qué? y ¿dónde está Dios en este preciso momento?, y lo único que podemos hacer es confiar en que Dios está presente, y cuando no somos capaces de encontrar alguna palabra podemos valernos de las de Jesús 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, recomendó.
En el mensaje del Viernes Santo, conminó al pueblo tlaxcalteca a seguir el ejemplo de Jesús de amar a sus enemigos, pues dijo que no es mérito amar a quienes los aman, pero también solicitó perdonar porque eso significa que se atreven a afrontar lo que han hecho y a recordar la totalidad de sus vidas con los fracasos, derrotas, crueldades y falta de amor, así como a abrir sus vidas a una transformación creativa.
“Cada vez que amamos y que perdonamos ponemos un pie en la eternidad, que es la vida de Dios, y esa es la razón de que podamos sentirnos dichosos incluso el Viernes Santo ante la perspectiva del sufrimiento y de la muerte, porque vivimos en una sociedad preocupada por la búsqueda de la felicidad, atemorizados en este tiempo adverso que la amenaza con la enfermedad, la soledad y la muerte”, expresó.
Mencionó que las tres primeras palabras de Jesús ponen de relieve que, incluso, en el momento más sombrío algo estaba germinando en la cruz, porque muestran el perdón, la felicidad y el nacimiento de una comunidad, aunque después aparece otra de absoluta desolación.
“Dice un proverbio africano que una mano queda siempre por encima y la que recibe por debajo, y Dios se relaciona con nosotros viniendo como alguien que le súplica que le demos algo que nosotros tenemos, y sin embargo muchas veces debe conformarse con una 'palmadita' condescendiente de cuando en cuando y así, cuando llega el domingo, tenemos que ir a ver a Dios como si fuera un pariente aburrido”, finalizó.
Cada vez que amamos y que perdonamos ponemos un pie en la eternidad, que es la vida de Dios
Julio César Salcedo Aquino / Obispo de Tlaxcala
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