Del popular balneario Palo Huérfano, ubicado en las faldas del cerro Otongatépetl, del municipio de Amaxac de Guerrero, solo queda el nombre, aunque decenas de familias consumen el agua que nace de entre las rocas que ahí se encuentran por ser de calidad.
A pesar de que carecen de un estudio por parte de la Comisión Nacional del Agua, en el que les aseguren que el agua es potable, los vecinos confían en el líquido, pues por años los han consumido y nunca han presentado algún problema de salud.
Lo que por muchos años fue un atractivo turístico durante la Semana Santa, sigue siendo promovido en los sitios oficiales: Balnearios México y Turismo México, pero actualmente está en el abandono.
Palo Huérfano contaba con albercas naturales alimentadas por un manantial, tales como chapoteadero, áreas verdes libres de contaminación, juegos infantiles, cancha de voleibol y servicios básicos como baños, vestidores y estacionamiento, pero a decir de los vecinos, cerró hace más de un lustro.
Eso sí, en la parte alta, junto a una capilla, está un frondoso ahuehuete, llamado “Palo Huérfano”, de unos 25 metros de altura con tallo de unos tres metros de grosor.
Los que ahí habitan señalan que el árbol es muy antiguo, inclusive, dicen que no saben con exactitud su edad.
De acuerdo con bibliografías consultadas, el árbol cumple más de 500 años, pues ya estaba antes del arribo los españoles.
Juan N. Vecino de Amaxac
Mi mamá me manda cada tercer día por agua limpia al manantial, la bebemos así, su sabor es dulce y nos ahorramos la compra de agua embotellada; viene mucha gente”.
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