/ sábado 6 de junio de 2020

Crematorio, último eslabón de Covid-19

Multiplican servicios en los tres crematorios existentes en el estado de Tlaxcala

Cumple seis años de trabajar en el Panteón Ángeles de Tlaxcala, al que llama el paraíso de vivos y muertos. Hasta finales de marzo, Manuel Pérez Martínez se encargaba de embalsamar cuerpos en el laboratorio, previo a la inhumación.

Su jornada de ocho horas la alternaba con trabajos de albañilería, en el mismo panteón privado de unas 10 hectáreas. Ahora, con la pandemia, su trabajo cambió.

“Antes realizábamos tres servicios a la semana, ahora son cinco diarios de probable Covid-19. Son cuerpos frescos que van al horno”, dice.

Señala que el complejo funerario ha sido requerido por la gente, de ahí que programan cada incineración a fin de que no se acumulen cuerpos en los hospitales.

“Un cadáver por Coronavirus no solo se puede incinerar, también se inhuma, pero todos quieren cremarlo”, afirma el hombre de 30 años.

“En Tlaxcala, sin lugar a dudas, en los últimos dos meses han muerto más personas que en toda la historia, pero no se sabe con exactitud cuántas”, comenta.

En el hospital, los riesgos que corren los médicos y enfermeras son parecidos a las tareas de incineración o inhumación.

Por eso, ellos lo definen como el último eslabón de la Covid-19. Aquí, el trabajo es escalofriante, Manuel, Eduardo y Alejandro literalmente viven con los muertos.

Y para los que siguen pensando que todo esto es un mito, están equivocados. “Antes de ingresar al hospital de San Pablo del Monte, me encomiendo a Dios, pienso en mi hija y mi esposa, extraemos los cuerpos a la carroza y nos vamos”, explica.

Confiesa que el mayor riesgo es al ingresar al hospital pues “ahí se manejan varios cuerpos envueltos en sábanas y todos están infectados”.

-Y al desempeñar este trabajo, ¿le tienes miedo a la muerte?- se le cuestiona.

En el Panteón Ángeles de Tlaxcala las familias pueden optar por incinerar o intimar a los fallecidos por el nuevo Coronavirus/TOMÁS BAÑOS

- “Al inicio nos daba miedo embalsamar o cremar, ahora el miedo es al virus, por eso nos bañamos en cada servicio y quemamos los equipos usados”.

En entrevista, refiere que como en su domicilio hay parientes vulnerables, optó por no ir a su casa desde el cuatro de abril pasado.

“Aquí tratamos de conciliar el sueño cuando no hay trabajo; nos lavamos las manos cada ratito, a través de videoconferencia me comunico con mi hija y mi esposa cuando hay tiempo, les digo que las extraño”.

Reafirma que se asegura de proteger a cada momento sus manos, rostro, cabeza y pies para no llevar algún virus.

Enfatiza que para cada servicio utilizan trajes impermeables desechables, que también son incinerados en el horno, para evitar un contagio.

En el crematorio todo el trabajo de estos hombres que parecen astronautas es manual.

Eduardo y Manuel no visitan a su familia desde hace 70 días/TOMÁS BAÑOS

Un cuerpo de mayor volumen (unos 85 kilogramos) tarda hasta tres horas en convertirse en ceniza.

Los cuerpos de las personas que fallecen del nuevo Coronavirus, son expuestos a temperaturas que alcanzan los 800 grados Celsius.

Aquí, entre los impermeables el calor es insoportable, estos hombres recogen con una espátula los restos y los trituran para que no queden astillas de hueso; se obtienen 2.5 kilogramos de ceniza por cuerpo.

Entonces, al entregar a los dolientes las cenizas en la urna, el último eslabón de esta enfermedad termina.

CREMACIÓN

Los cuerpos de las personas que fallecen del nuevo Coronavirus, son expuestos a temperaturas que alcanzan los 800 grados Celsius.

“Antes realizábamos tres servicios a la semana, ahora son cinco diarios de probable Covid-19”

3 PERSONAS trabajan en el crematorio del Panteón Ángeles Tlaxcala.

La incineración el último eslabón de la Covid-19 /TOMÁS BAÑOS

Multiplican servicios en crematorios de Tlaxcala

Desde abril, cuando inició la contingencia epidemiológica, los tres crematorios que hay en Apizaco y Tlaxcala multiplicaron el número de servicios funerarios.

Representantes de estos giros precisaron que antes tenían tres incineraciones a la semana, pero ahora, con la epidemia, en algunos días tienen hasta cinco.

“Lo lamentamos, los acompañamos en su dolor, es lo que les decimos a los dolientes, antes de ingresar el cuerpo al crematorio”, afirma Alejandro Jiménez Díaz, director general del Panteón Ángeles Tlaxcala.

Con sede en Atlahapa, Tlaxcala, señala que casi todos los crematorios están saturados por posibles casos del nuevo virus procedente de China.

Expone que la mayoría de las personas que fallecen por la epidemia del siglo XXI, se registran durante la noche, de ahí que en la madrugada y por la mañana es cuando realizan las incineraciones.

Afirma que, de acuerdo a los protocolos del Sector Salud, una vez que la persona fallece, el cuerpo debe ser cremado o sepultado.

Dice que en el Panteón Ángeles Tlaxcala disponen de crematorio, sala para embalsamar cuerpos y panteón general o familiar, de acuerdo a las posibilidades económicas.

Detalla que de abril a la fecha, 56 días, suman 90 cuerpos cremados, un 95 % infectados presuntamente por el nuevo Coronavirus.

Revela que los cuerpos son trasladados desde los hospitales de San Pablo del Monte, Nativitas, clínica del IMSS y del Issste hasta el complejo funerario.

En Tlaxcala, las incineraciones se concentran en dos parques funerarios de Apizaco y el Complejo de Tlaxcala.

3 crematorios existen en la entidad, están ubicados en los municipios de Apizaco y Tlaxcala.

90 cuerpos cremados de abril a la fecha suma el crematorio del Panteón Ángeles Tlaxcala.


La mayoría de las personas que fallecen por la epidemia del siglo XXI, se registran durante la noche, de ahí que en la madrugada y por la mañana es cuando realizan las incineraciones.

Ofrecen funerarias precios económicos

El precio normal al público de una cremación por el nuevo Coronavirus es de 13 mil 900 pesos, pero por la pandemia tiene un descuento y se reduce a 11 mil 600 pesos.

El descuento es uniforme y fue acordado con autoridades de la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado.

SERVICIO

Tratándose de probable Covid-19, el cadáver es trasladado del hospital al crematorio, se desciende de la carroza de lujo en una caja de recuperación de fibra de vidrio sanitizada y que se vuelve a utilizar.

A la familia se le entrega una urna de madera de pino, modelo económica, se gestiona el permiso de cremación y ante el Registro Civil se hace el trámite del acta de defunción.


NO DEJES DE LEER

Cumple seis años de trabajar en el Panteón Ángeles de Tlaxcala, al que llama el paraíso de vivos y muertos. Hasta finales de marzo, Manuel Pérez Martínez se encargaba de embalsamar cuerpos en el laboratorio, previo a la inhumación.

Su jornada de ocho horas la alternaba con trabajos de albañilería, en el mismo panteón privado de unas 10 hectáreas. Ahora, con la pandemia, su trabajo cambió.

“Antes realizábamos tres servicios a la semana, ahora son cinco diarios de probable Covid-19. Son cuerpos frescos que van al horno”, dice.

Señala que el complejo funerario ha sido requerido por la gente, de ahí que programan cada incineración a fin de que no se acumulen cuerpos en los hospitales.

“Un cadáver por Coronavirus no solo se puede incinerar, también se inhuma, pero todos quieren cremarlo”, afirma el hombre de 30 años.

“En Tlaxcala, sin lugar a dudas, en los últimos dos meses han muerto más personas que en toda la historia, pero no se sabe con exactitud cuántas”, comenta.

En el hospital, los riesgos que corren los médicos y enfermeras son parecidos a las tareas de incineración o inhumación.

Por eso, ellos lo definen como el último eslabón de la Covid-19. Aquí, el trabajo es escalofriante, Manuel, Eduardo y Alejandro literalmente viven con los muertos.

Y para los que siguen pensando que todo esto es un mito, están equivocados. “Antes de ingresar al hospital de San Pablo del Monte, me encomiendo a Dios, pienso en mi hija y mi esposa, extraemos los cuerpos a la carroza y nos vamos”, explica.

Confiesa que el mayor riesgo es al ingresar al hospital pues “ahí se manejan varios cuerpos envueltos en sábanas y todos están infectados”.

-Y al desempeñar este trabajo, ¿le tienes miedo a la muerte?- se le cuestiona.

En el Panteón Ángeles de Tlaxcala las familias pueden optar por incinerar o intimar a los fallecidos por el nuevo Coronavirus/TOMÁS BAÑOS

- “Al inicio nos daba miedo embalsamar o cremar, ahora el miedo es al virus, por eso nos bañamos en cada servicio y quemamos los equipos usados”.

En entrevista, refiere que como en su domicilio hay parientes vulnerables, optó por no ir a su casa desde el cuatro de abril pasado.

“Aquí tratamos de conciliar el sueño cuando no hay trabajo; nos lavamos las manos cada ratito, a través de videoconferencia me comunico con mi hija y mi esposa cuando hay tiempo, les digo que las extraño”.

Reafirma que se asegura de proteger a cada momento sus manos, rostro, cabeza y pies para no llevar algún virus.

Enfatiza que para cada servicio utilizan trajes impermeables desechables, que también son incinerados en el horno, para evitar un contagio.

En el crematorio todo el trabajo de estos hombres que parecen astronautas es manual.

Eduardo y Manuel no visitan a su familia desde hace 70 días/TOMÁS BAÑOS

Un cuerpo de mayor volumen (unos 85 kilogramos) tarda hasta tres horas en convertirse en ceniza.

Los cuerpos de las personas que fallecen del nuevo Coronavirus, son expuestos a temperaturas que alcanzan los 800 grados Celsius.

Aquí, entre los impermeables el calor es insoportable, estos hombres recogen con una espátula los restos y los trituran para que no queden astillas de hueso; se obtienen 2.5 kilogramos de ceniza por cuerpo.

Entonces, al entregar a los dolientes las cenizas en la urna, el último eslabón de esta enfermedad termina.

CREMACIÓN

Los cuerpos de las personas que fallecen del nuevo Coronavirus, son expuestos a temperaturas que alcanzan los 800 grados Celsius.

“Antes realizábamos tres servicios a la semana, ahora son cinco diarios de probable Covid-19”

3 PERSONAS trabajan en el crematorio del Panteón Ángeles Tlaxcala.

La incineración el último eslabón de la Covid-19 /TOMÁS BAÑOS

Multiplican servicios en crematorios de Tlaxcala

Desde abril, cuando inició la contingencia epidemiológica, los tres crematorios que hay en Apizaco y Tlaxcala multiplicaron el número de servicios funerarios.

Representantes de estos giros precisaron que antes tenían tres incineraciones a la semana, pero ahora, con la epidemia, en algunos días tienen hasta cinco.

“Lo lamentamos, los acompañamos en su dolor, es lo que les decimos a los dolientes, antes de ingresar el cuerpo al crematorio”, afirma Alejandro Jiménez Díaz, director general del Panteón Ángeles Tlaxcala.

Con sede en Atlahapa, Tlaxcala, señala que casi todos los crematorios están saturados por posibles casos del nuevo virus procedente de China.

Expone que la mayoría de las personas que fallecen por la epidemia del siglo XXI, se registran durante la noche, de ahí que en la madrugada y por la mañana es cuando realizan las incineraciones.

Afirma que, de acuerdo a los protocolos del Sector Salud, una vez que la persona fallece, el cuerpo debe ser cremado o sepultado.

Dice que en el Panteón Ángeles Tlaxcala disponen de crematorio, sala para embalsamar cuerpos y panteón general o familiar, de acuerdo a las posibilidades económicas.

Detalla que de abril a la fecha, 56 días, suman 90 cuerpos cremados, un 95 % infectados presuntamente por el nuevo Coronavirus.

Revela que los cuerpos son trasladados desde los hospitales de San Pablo del Monte, Nativitas, clínica del IMSS y del Issste hasta el complejo funerario.

En Tlaxcala, las incineraciones se concentran en dos parques funerarios de Apizaco y el Complejo de Tlaxcala.

3 crematorios existen en la entidad, están ubicados en los municipios de Apizaco y Tlaxcala.

90 cuerpos cremados de abril a la fecha suma el crematorio del Panteón Ángeles Tlaxcala.


La mayoría de las personas que fallecen por la epidemia del siglo XXI, se registran durante la noche, de ahí que en la madrugada y por la mañana es cuando realizan las incineraciones.

Ofrecen funerarias precios económicos

El precio normal al público de una cremación por el nuevo Coronavirus es de 13 mil 900 pesos, pero por la pandemia tiene un descuento y se reduce a 11 mil 600 pesos.

El descuento es uniforme y fue acordado con autoridades de la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado.

SERVICIO

Tratándose de probable Covid-19, el cadáver es trasladado del hospital al crematorio, se desciende de la carroza de lujo en una caja de recuperación de fibra de vidrio sanitizada y que se vuelve a utilizar.

A la familia se le entrega una urna de madera de pino, modelo económica, se gestiona el permiso de cremación y ante el Registro Civil se hace el trámite del acta de defunción.


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