De paracaidistas a delincuentes

TIENEN EL RESPALDO DE LA SEXTA REGIDORA

KARLA MUÑETÓN

  · sábado 4 de agosto de 2018

  • La otra cara de quienes habitan casas abandonadas

Casas que parecen devastadas por la guerra, despintadas por el paso del tiempo, rodeadas de maleza que no ha sido retirada, algunas ya no poseen puertas ni ventanas y las que en mejores condiciones están tienen los cristales rotos.

Las calles son sólidas, sobre todo cuando cae la noche, porque los habitantes temen ser agredidos física o verbalmente, eso en el mejor de los casos.

El transporte público circula con precaución por algunas calles, pues algunos conductores han sido víctimas de “los amantes de lo ajeno”, incluso a ellos no les cobran pasaje.

“Ha de ser uno de los vaguitos de aquí, luego, luego se le ve la facha”, comentó un chofer de la ruta Apizaco-Girasoles a su acompañante, eso después de que de la unidad descendiera un joven de unos 35 años de edad con vestido con pantalón de mezclilla, chamarra de cuero negro y gorra.

Se trata del clima que todos los días prevalece en el fraccionamiento “Los Girasoles”, ubicado en el municipio de Tzompantepec.

Y es que ahí, las personas que por necesidad se adueñaron de una vivienda abandonada se han convertido en un peligro para el resto de los residentes, familias enteras.

Decenas de “paracaidistas” que llegaron en 2012, al comprar a bajo costo una casa de interés social abandonada por sus dueños, han hecho del robo a la casa-habitación y automóviles su “modus vivendi”.

No solo eso, habitantes del fraccionamiento comentaron a este Diario que los “paracaidistas” se han convertido en delincuentes que no conformes con desvalijar casas abandonadas, desde el año pasado han cometido robos a viviendas que sí tienen dueño, hurtos de automóviles y que a todo eso se suman las amenazas de muerte en caso de denunciar lo que sucede.

Roban de todo, dicen algunos vecinos, el cobre de la instalación eléctrica, los muebles de baño, de cocina, puertas y ventanas, bombas de agua, boilers, tinacos de agua y hasta los apagadores, en fin, todo lo que “esté a su alcance”.

Al interior del fraccionamiento del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) han surgido varias bandas de “delincuentes”, paracaidistas que operan desde las casas en donde viven y en donde guardan lo que hurtan, comentaron los residentes.

Añadieron que en algunos casos se trata de personas que obtuvieron su libertad del Centro de Inserción Social, que ahí formaron su familia y que actualmente usan a sus hijos como “halcones”.

Mencionaron que ya lo hacen a cualquier hora, que han llegado a tal desfachatez que acarrean lo robado a plena luz del día, incluso ante la complacencia de los policías municipales de Tzompantepec que están la caseta de vigilancia y quienes argumentan no poder frustrar el delito ya que no existe una denuncia del dueño, porque si la hace un vecino no es válida.

“Se han llevado los muebles de casas en camiones de mudanzas y nosotros no hacemos nada porque creemos que el vecino se muda, pero luego nos damos cuenta que se trató de un robo”, expusieron.

SON COMETIDOS HASTA 10 ROBOS AL DÍA

Los vecinos informaron que al día, las bandas de delincuentes que operan en el fraccionamiento cometen hasta 10 robos de cualquier tipo.

Expusieron que en caso de ser sorprendidos por alguna autoridad o en un intento para detener a alguno de ellos las mujeres salen en su defensa “por delante”.

Preocupados, indicaron que la situación empeoró el año pasado, justo cuando inició la administración del presidente municipal, Arturo Rivera Mora.

YA HAY DOS DENUNCIAS ANTE LA PGJE

La Procuraduría General de Justicia del Estado informó que durante este año (2018) ha llegado dos denuncias de habitantes de ese fraccionamiento por despojo en contra de quienes de resulten responsables.

Y que el año pasado (2017) no llegó ninguna que tenga que ver con “paracaidistas” de esa unidad habitacional de Tzompantepec.

ACUSAN CONTUBERNIO DE LA SEXTA REGIDORA

Recordaron que en ese entonces (2012), por conducto de dos personas que a la fecha siguen con la práctica, inició la compra-venta de las viviendas en abandono. Poco tiempo después también comenzó el alza de los robos.

Explicaron que Dominga Rodríguez Salamanca, quien actualmente funge como sexta regidora en el ayuntamiento de Tzompantepec, fue la autora de la venta de casas a “paracaidistas” y que en abril de 2012 llevó a vivir al fraccionamiento a habitantes de la colonia Nuevo México que meses después, tras la detención infraganti de algunos de sus hijos que cometían robos, se retiraron del sitio.

Indicaron que en ese momento la ahora servidora pública lo hizo apoyada de un abogado del Infonavit que tiempo después fue despedido “por corrupto”.

Opinaron que como esas prácticas no fueron sancionadas ni por el Infonavit, ni por el gobierno municipal, a la venta de viviendas abandonadas se sumó la señora Araceli N. quien argumentó ser integrante de “El Barzón”, una “organización social y política que lucha contra la desigualdad social y económica y entre otras cosas cuida del patrimonio familiar y social”.

“LA VENTA DE LAS CASAS ES UN ACTO ARBITRARIO”

Sin meterse en temas legales, las personas que tiene su hogar en el fraccionamiento “Los Girasoles” aseveran que la compra-venta que hacen ambas señoras es arbitraria.

Entre otras razones porque revelaron que al momento de adquirirlas “los nuevos dueños” no reciben un título de propiedad, porque el costo es menor al precio que el Infonavit les vendió a ellos y, sobre todo, porque para ingresar rompen las chapas de las puertas o las ventanas ayudados de martillo y cincel.

Molestos, también acusaron que ninguna persona de quienes habitan las más de 100 casas abandonadas paga los servicios básicos como el predial, luz y agua potable.

Por todo ello, indicaron que los vecinos promovieron una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Estado en contra de la regidora Dominga Rodríguez Salamanca por fraude y abuso de autoridad y que quedó registrada como C.I. NÚMERO AITLAX/T2/307/17.

INFONAVIT NO QUIERE TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO, DICEN

Indicaron que en varias ocasiones han solicitado al Infonavit su intervención para identificar a los verdaderos dueños y desalojar a los “paracaidistas”, pero que la institución argumenta que no puede hacer nada ya que las casas ya fueron entregadas.

“NO TENEMOS QUE IRNOS DE NUESTRAS CASAS”

Los vecinos viven temerosos no solo de ser víctimas de un robo a medianoche, sino de sufrir algún tipo de agresión física o incluso de morir en su intento por defenderse.

“Nosotros no tenemos que irnos de nuestras casas que es un patrimonio que hemos construido, quienes se tiene que ir son ellos y esa es tarea del Gobierno estatal”, expresaron.

“LAS AUTORIDADES NO HACEN NADA”

Comentaron que el problema existe desde 2012 cuando en el cargo de presidente municipal estaba Lorena Vázquez Zárate a quien acusaron de apoyar las prácticas irregulares de la actual regidora Dominga Rodríguez.

Mencionaron que después, en la administración de Víctor López Castro, actual diputado local electo por Movimiento Regeneración, las cosas siguieron igual y además de no poner un alto a la señora, les condonó los pagos de agua y predial.

Lamentaron que actualmente, con Arturo Rivera Mora como alcalde las cosas hayan empeorado, sobre todo porque la responsable es la regidora y porque –aseveraron- no quiere hacer público un problema de delincuencia.

Acusaron que el gobierno estatal tampoco se ha interesado, que ha implementado estrategias “temporales” de vigilancia, pero que son insuficientes.

“Las autoridades van a actuar hasta que haya alguna persona linchada o hasta que los vecinos hagamos como los pobladores de Ixtenco”, remataron.

  • Pobladores acusaron que ninguna persona de quienes habitan las más de 100 casas abandonadas paga los servicios básicos como el predial, luz y agua potable.

CONTEXTO

Llegaron a Tzompantepec en 2012 al comprar una vivienda en el fraccionamiento “Los Girasoles” y con el tiempo consolidaron bandas en donde actualmente los niños operan como “halcones”

SIN SOLUCIÓN

Los agraviados señalan que el gobierno estatal tampoco se ha interesado, que ha implementado estrategias “temporales” de vigilancia, pero que son insuficientes