Con un homenaje póstumo y la entrega de un reconocimiento como “El mejor empleado del año”, autoridades municipales de Chiautempan y ciudadanos en general despidieron la tarde de este siete de septiembre al ciudadano Álvaro Jiménez González.
En la Plaza Juárez del municipio lanero, autoridades municipales montaron guardia de honor y resaltaron la trayectoria del distinguido santanero como servidor público y ciudadano ejemplar.
El acto previo a su sepultura estuvo encabezado por el presidente municipal de Chiautempan, Gustavo Jiménez Romero, quien dijo que “Álvarito” -como se le conocía en el municipio sarapero- se caracterizó por su amplia trayectoria en el Ayuntamiento y su contribución en actividades religiosas, tradiciones y costumbres.
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Ante familiares y compañeros de trabajo, el alcalde entregó un reconocimiento a la hija del fallecido por el destacado trabajo a favor de los Chiautempan, quienes entre aplausos y porras dieron el último adiós a Jiménez González.
En el uso de la voz, Jiménez Romero expresó: “con tristeza hoy despedimos a un compañero de trabajo participativo, alegre, todo terreno. Hombres como él se recuerdan con alegría, ya que seguramente su nombre quedará escrito en la historia de Chiautempan”.
Antes, Rogelio Flores Meneses, autonombrado como “el cronista del pueblo”, hizo una breve reseña biográfica en la que, a su estilo, reconoció a Jiménez González como un personaje destacado de Chiautempan.
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“Álvaro Jiménez fue parte de esta ingobernable ‘comichion’, por algo así de cuarenta y cinco años y era experto en todo tipo de trabajos, pero se la rifaba para organizar la salida de los Kukuxklanes y diseñar las túnicas como vestuario, las antorchas y hasta la ‘peda’. Consejero especial para los desfiles de feria, los navideños, arreglo de carros alegóricos, procesiones de Semana Santa, se vistió de pastor, salió cargando la Cruz y se metía a la feria de la abuelita Señora Santa Ana. Gran comisionado a la Peregrinación a pie a la Basílica de nuestra Señora de Guadalupe”.
Su cuerpo fue velado en su domicilio, en la calle Allende, para posteriormente recibir una misa de cuerpo presente en el Convento Nuestra Señora de los Ángeles, para posteriormente ser inhumado en el Panteón El Carmen, en la misma ciudad sarapera.
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