La pandemia ha ofrecido un terreno fértil para configurar nuevas formas de “enganchamiento” y trata de personas, coincidieron destacados panelistas durante el conversatorio “Las escuelas como un espacio potencial para contribuir en la prevención de la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual”.
Como parte de las actividades que impulsan las Organizaciones de la Iniciativa Popular y el Centro Fray Julián Garcés, en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, se llevó a cabo el conversatorio virtual.
Participaron, Luis Armando González Plasencia, rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala; Laura Padilla Pelcastre, coordinadora del área de Igualdad de Genero de la Secretaría de Educación Pública del Estado; Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés e Ixchel González Báez, del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
De entrada, González Plasencia aseveró que la sociedad se ha vuelto teleconsumidora y ha trasladado su vida a las redes sociales, por lo que en tiempos de pandemia, los jefes de familia deben poner atención con quienes interactúan sus hijos, “pues un monitor invisibiliza a los tratantes”.
Por otro lado, puntualizó que la pandemia es un factor que ha demandado el mayor consumo de mercados sexuales virtuales y todo ello ha potencializado el tema de consumo, sin la necesidad de asistir a un espacio físico.
A su vez, Padilla Pelcastre aseguró que la búsqueda de ingresos por la pandemia ha propiciado un terreno fértil para que los enganchadores accedan más fácilmente al engaño de mujeres y niñas.
Falsas ofertas de trabajo, simulan agencias y un sinfín de métodos para engañar, ya que cada vez hay más personas conectadas a internet, sobre todo menores que acceden a la tecnología fácilmente, lo cual propicia la trata, refirió.
Otro factor importante, es el tiempo de ocio excesivo que ofrece la pandemia, donde los niños pasan más tiempo en internet que con su familia, aunado a la poca o nula supervisión de los padres, lo que da como resultado espacios propicios para los tratantes.
"TABLE" A DOMICILIO
Por su lado, Méndez Serrano aseveró que el confinamiento no fue un impedimento para las operaciones de la industria de la trata, pues hubo ofertas incluso de “table dance” a domicilio.
Las trabajadoras sexuales han tenido que exponerse a la violencia y enfermedades de transmisión sexual, pero ahora se suma el miedo de contagiarse de Covid-19, soltó.
Por si fuera poco, agregó que las mujeres en casa fueron las más afectadas durante la cuarentena, ya que el confinamiento propició mayor violencia física, psicológica y sexual.
Mientras, González Báez resaltó que la pandemia tiene diferentes impactos negativos, entre ellos el familiar, la precarización económica y propicia vulnerabilidades emocionales.
“El encierro por pandemia aumentó la pornografía infantil y esto es derivado de la baja autoestima y relaciones de violencia de los menores, el internet representa la inmediatez para crear lazos y aceptación con personas que no conocen, lo cual es altamente peligroso”, concluyó.
- Falsas ofertas de trabajo son usadas como estrategia para engañar a mujeres y niñas a través de redes sociales
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