Con miradas de agradecimiento pobladores del municipio de Mazatecochco, “pagaron” a una familia de origen náhuatl, la donación de tortillas durante un día, ante la pandemia del Covid-19.
No hay palabras para agradecer y bendecir a esta familia, pues hizo un esfuerzo titánico, me obsequiaron dos kilos de tortilla, expresó Eva N, originaria de Papalotla.
Esta mujer es ama de casa y su esposo repara vehículos del sistema eléctrico, ambos tienen dos hijos, pero por la cuarentena se quedaron sin trabajo.
Así que, al conocer en Facebook que una familia regalaba tortillas, decidió caminar 50 minutos, hasta el domicilio ubicado en las faldas de la montaña la Malinche.
Como ella, unos 150 hogares de diferentes comunidades de la región, recibieron dos kilogramos de tortilla artesanal, hecha con maíz nativo azul y blanco.
ES MOMENTO DE APOYAR AL QUE MENOS TIENE: ANA LAURA
Ana Laura Hernández Mena, es una mujer activista cuya misión consiste en ayudar a los más necesitados en la Sección Segunda de ese municipio.
Así que capacita a mujeres de habla náhuatl para el autoempleo, pero como todo está paralizado por la pandemia, ayuda a sus padres en la siembra de maíz en parcelas rentadas en la Malinche.
Nosotros no tenemos ningún subsidio del Gobierno, mis padres se dedican al campo y desde hace 17 años tenemos la tortillería, de eso vivimos, expresó Ana Laura en entrevista.
Explicó que la mayor parte de la población de esa comunidad, trabaja en empresas textileras, pero ya están cerradas.
Expuso que surgió la idea de ayudar a los pobres por un día, no cobrando el importe de las tortillas.
Así que en plena Fase III del Covid-19, decidieron que el 22 de abril, Día Mundial de la Tierra, fuera dedicado a esta noble causa.
En ese lugar, mientras don Macedonio prepara el nixtamal para el siguiente día, su esposa doña Galdina, ofrece las tortillas que dos trabajadoras elaboran a máquina.
El apoyo a las familias fue el día miércoles, pero este jueves llegaron otras amas de casa; también recibieron el alimento básico.
Es tiempo de dar, algunas familias que no tienen para comer les damos una despensa chiquita, en verdad aquí tenemos miedo de que llegue la enfermedad, ahora nos conformamos con una mirada de agradecimiento, pues no nos podemos saludar
Ana Laura Hernández / Altruista
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