Solo reforzando la seguridad en las iglesias de Tlaxcala, la Diócesis, feligreses y fiscales lograron disminuir el robo de arte sacro que, hasta hace diez años, era imparable.
De hecho, el Comité Interinstitucional para la Preservación del Patrimonio Cultural para el Estado de Tlaxcala, conformado en su momento por los Gobierno federal y estatal y la Diócesis en coordinación con la Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la entonces Procuraduría General de la República y la Procuraduría General de Justicia del Estado, contribuyó para combatir este delito.
Eso sí, fiscales entrevistados al respecto, comentaron que si bien ya no hay tantos delitos como hace algunos años “no hemos bajado la guardia, seguimos pendiente de lo que pasa en los templos, hacemos rondines y checamos constantemente las cámaras”
Admitieron que los hampones hallaron en el huachicoleo un mejor negocio así que “dejaron por la santa paz nuestras imágenes religiosas y nuestro arte sacro que es invaluable”
En el año 2000 se registraban hasta 20 robos cada año y ahora los hechos no han sido tan constantes.
Sin embargo, la Organización Internacional de Policía Criminal todavía precisa que México encabeza la lista de naciones de América Latina con este problema.
En los últimos diez años se perpetraron 73 robos de arte sacro en los diferentes templos católicos que existen en la entidad de donde los delincuentes se llevaron decenas de piezas de los siglos XVI, XVII y XVIII.
En el sexenio pasado, la comisión arriba citada, elaboró un registro estatal de un aproximado de 10 mil piezas de arte religiosa, entre imágenes, lienzos y tallados de madera pertenecientes a los templos ubicados en los municipios del estado, en donde todo fue matriculado y fotografiados de manera digital y en video lo que permitió la facilidad de su identificación.
Y el catálogo fue entregado a cada iglesia para que sirviera como un registro individual y propio, y esto, aunado a la instalación de cámaras de seguridad en las parroquias, permitió que a partir de 2007 los índices delictivos en esta materia disminuyeran.
Las piezas robadas, invaluables para los católicos, son vendidas en el mercado negro en millones de pesos, otras terminan en museos o coleccionistas.
EL DATO
Según INAH, en el país hay más de 19 mil espacios religiosos con un acervo cultural de los siglos XVII y XVIII que arrojan una existencia de más de cuatro millones y medio de piezas, empero, la dependencia solo se limita a analizar la procedencia de los artículos recuperados y, entre sus funciones, no está el dar seguimiento a las denuncias.
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