La pandemia por Covid-19 disminuyó, por segundo año consecutivo, la presencia de los fieles que cada año, en la "Bajada" de Nuestra Señora de Ocotlán, acuden a la capilla del Pocito.
Y es que este 2021 la Diócesis también decidió suspender la tradicional procesión que cada de tercer lunes de mayo hace la Virgen de Ocotlán por calles principales y sitios emblemáticos del municipio capitalino.
En ese peregrinar, cuando la imagen va de regreso a la Basílica de Ocotlán sube por la Capilla del Pocito, lugar en el que según cuenta la historia brotó el agua que sana a los enfermos de lepra, y en donde apareció la Virgen de Ocotlán en 1541.
Con eso, los comerciantes del sitio (artículos religiosos y recipientes para llevar el agua santa) también han tenido afectaciones pues sus ventas cayeron debido a la poca presencia de católicos.
Para ellos, uno de los días que mejor venden es en la "Bajada" de la Virgen (tercer lunes de mayo), pero este año, al no haber, prácticamente se quedaron con la totalidad de sus productos.
En el caso de quienes venden garrafones, de todos los tamaños para que la gente pueda llevar el agua han tenido una seria afectación pues mientras que en años anteriores vendían todos sus recipientes (más de 50), en esta ocasión apenas y superaron los cinco recipientes.
Sin embargo, esperan que el próximo año la situación mejore, y se encomiendan a la Virgen de Ocotlán, Patrona de los Tlaxcaltecas, para que poco a poco tengan más ventas y que la pandemia termine.
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