Hace menos de una semana Jonathan N. vio morir a su padre por Covid-19 en su domicilio, en la ciudad de Apizaco. Y hoy, sin siquiera poder vivir su luto, batalla para comprar oxígeno medicinal para su suegra, cuyo estado de salud empeoró y, junto con su esposa, se mantienen aisladas al resultar contagiadas.
Un drama similar lo viven decenas de familias tlaxcaltecas que todos los días acuden desde muy temprana hora a las instalaciones de la empresa Infra, en la ciudad rielera, para adquirir a como dé lugar una recarga de oxígeno.
El producto, que ayuda para sustituir por unas horas la función de los pulmones, es el principal activo para combatir la Covid-19 una vez que se contrajo la enfermedad.
Y aunque para algunos no es tan difícil comprarlo por su suficiencia económica, para la gran mayoría resulta oneroso el gasto y deben recurrir a las cooperaciones entre sus seres queridos, “para no abandonar a su suerte a nuestros pacientitos”.
La empresa Infra informó que la demanda es muy alta, superior a la vivida en los meses de junio y julio, cuando se había registrado el “pico” más alto de la pandemia.
Sin embargo, desde noviembre, diciembre y las dos primeras semanas de enero la demanda ha crecido exponencialmente, aunque eso no signifique que exista desabasto, como ocurre en otras entidades.
CONVIERTEN CASAS EN IMPROVISADOS “HOSPITALES”
Al igual que Jonathan N., integrantes de familias de diversas partes de Tlaxcala aceptaron platicar con El Sol de Tlaxcala al acudir a recargar sus tanques de oxígeno las instalaciones de Infra, sobre la carretera Apizaco-Huamantla, a la altura de “El Cuernito”.
La situación que se vive de día y de noche en los hogares con pacientes enfermos de Covid-19 no solo es difícil, sino cruda.
De entrada, el miedo a que otro integrante de la familia contraiga la enfermedad es latente al ser convertida alguna de las habitaciones de sus casas en una improvisada sala de hospital para suministrar el tratamiento y darle sus alimentos.
Algunos revelaron que sus enfermos están en cama, pero otros lamentablemente los tienen en colchones postrados en el piso y en improvisados y reducidos espacios que obligadamente deben ser sanitizados constantemente.
A mi suegra (de 63 años) la tenemos en casa porque todos los hospitales Covid están saturados y ya no la reciben aunque tenga Seguro. La llevamos al IMSS de Tlaxcala y al Sesa de Huamantla y nos dijeron que no tenían espacio, que debemos esperar a que fallezca un paciente para que pueda ingresar otro enfermo, contó con impotencia Jonathan N., quien el pasado miércoles 14 de enero vio morir a su padre Arturo N., de 65 años de edad, y junto con su familia lo despidieron en una muy breve ceremonia para luego ser incinerado.
Ni luto hemos tenido en casa por esta maligna enfermedad, mi padre se nos fue y hoy debemos luchar para que mi suegra y mi esposa se curen… si lo que voy a decir sirve de algo, que los jóvenes se cuiden porque son los que en gran medida contagian a nuestros adultos mayores.
Alejandro N. también acudió a Infra, junto con su padre, a recargar oxígeno medicinal para que su cuñado Juan N., de 34 años de edad, supere la enfermedad en casa al tampoco ser recibido en un hospital.
Una situación parecida la contó Santiago N., de Chiautempan, al requerir oxígeno su abuelo, de 78 años de edad, desde hace más de 15 días y ser el responsable de acudir todos los días a hacer la recarga.
NO HAY DESABASTO DE OXÍGENO: INFRA
Al ser consultada, la empresa Infra reveló que si bien existe una alta demanda desde semanas previas a ser decretado el Semáforo Rojo para Tlaxcala, existe suficiencia para suministrar oxígeno a la población.
Aunado a ello, el consorcio refirió que no existen demandas ante Profeco por probables abusos en el cobro, pues sus tarifas están reguladas y sus precios a la vista.
Además, para cada recarga existe un debido protocolo que deben cumplir los compradores para evitar aglomeraciones, tener el menor contacto posible y hacer el pedido, facturación, pago y entrega por etapas.
LOS COSTOS
- Para adquirir un tanque de oxígeno medicinal, los clientes deben dejar un depósito de mínimo 10 mil pesos por dos cilindros que son intercambiados entre recargas que oscilan en promedio de 850 a mil 200 pesos.
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