La pandemia de Covid-19 obligó a los sectores empresariales y privados a trabajar desde casa o hacer “home office”, (trabajo en casa) lo cual representó un enorme reto para quienes desempeñan dobles funciones en el hogar y en la oficina.
A casi 11 meses desde que se registró el primer contagio en la entidad, muchos patrones decidieron tomar la medida meses antes del punto más alto de contagios y otros lo determinaron después, lo cierto es que ahora la mayoría de trabajo de oficina se desarrolla en los hogares tlaxcaltecas.
En un principio, esa modalidad de trabajo era solo para ciertos sectores, que lo hacían para concentrarse mejor o por cuestiones de salud, pero el aumento alarmante de enfermos y de defunciones a causa de Covid-19, ha obligado a los oficinistas a adaptarse a la nueva modalidad.
Para quienes no tenían contacto con la tecnología les representó un desafío importante, propio de los tiempos modernos, pero conforme avanzó el uso de celulares, computadoras o iPad´s, se volvió una práctica común. Para conocer cómo han afrontado este reto algunas personas, El Sol de Tlaxcala visitó a un funcionario del congreso local, quien diariamente se enfrenta a esta práctica y nos contó su experiencia.
Javier Solís Tonix es secretario técnico de la Comisión de Juventud y Deporte de la LXIII Legislatura local y aceptó abrirnos las puertas de su hogar para platicarnos la experiencia que ha vivido desde hace ocho meses.
“El trabajar desde casa ha sido un cambio drástico, pero tiene sus ventajas, ya que he reforzado los lazos familiares, puedo estar más al pendiente de los asuntos de mis hijos y esposa, mientras que la desventaja es que no se respetan los tiempos de oficina, en ocasiones se alargan, aunque otras veces se compensa”, sostuvo.
El originario de Chiautempan puntualizó que esa modalidad de empleo modificó sus hábitos, toda vez que es una persona que solía salir a caminar y hacer un poco de ejercicio cardiovascular, pero con cubrebocas le resulta incómodo.
“Debemos aceptar que esta forma de trabajo implica que uno se vuelva más sedentario, pues pasamos más tiempo sentado que moviéndonos, pasamos de la sala al comedor y del comedor al escritorio, lo cual propicia que nuestro peso aumente significativamente”, comentó.
Además de eso, ¿ha notado alguna otra desventaja?
-”Pues tiene que ver con la economía, los costos por el pagos de luz, teléfono e internet se disparan, además para quienes no tenían computadora y su jefe no se las brindó, me di cuenta que tuvieron que comprarlas; por otro lado debemos desempeñar dos funciones, las del trabajo y las del hogar”.
-¿Qué opina de esta nueva modalidad de trabajo y comunicación?
-”Antes me oponía mucho al uso de la tecnología, me enojaba que nos comunicaremos a través de máquinas, pero pues la realidad nos alcanzó y tuvimos que aceptar esta situación y conectarnos cada vez más mediante un dispositivo”.
-¿En su tiempo de trabajo le interrumpe su familia?
“Tengo hijos adolescentes, ya no tengo tanto problema con esa situación pues lo entienden, pero me he dado cuenta que quienes tienen niños pequeños sufren de mayor estrés, además otros hogares no tienen un espacio adecuado para trabajar, lo cual es lamentable”, asentó.
El licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública aseveró que con esa forma de trabajo las personas se hacen más responsables, porque tienen que estar al pendiente del celular, computadora o instrucciones de su jefe.
Eso sí, admitió que el trabajo de oficina se agiliza, pues la tecnología ayuda a recibir archivos vía correo electrónico y dar respuesta por el mismo medio, o en su caso por teléfono.
Por último, opinó que una vez que sea controlada la pandemia los empleos deberían continuar practicando esa modalidad y combinarla con actividades presenciales, pues en ocasiones se requiere de firma de documentos o presencia de personal.
- Esta modalidad de trabajo era solo para ciertos sectores que lo hacían para concentrarse mejor o por cuestiones de salud, pero la pandemia ha obligado a adaptarse.
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