A sus 82 años de edad, Paula Josefa flores flores, originaria del municipio de Nopalucan, sigue ofreciendo antojitos mexicanos para lograr el sustento familiar.
En entrevista, dijo que el Día de las Madres es un día normal para ella, pues viaja a la Ciudad de México a ofrecer sus quesadillas y nopales, “no conozco lo que es un regalo en esta fecha”.
Comentó que tiene dos hijos, uno es maestro, y la otra hija le ayuda con el puesto”.
Expresó que tiene más de 40 años en esta actividad, de la que le dio el recurso con mucho sacrificio para darle una carrera a su hijo, “mi hija no quiso seguir estudiando porque veía que no nos alcazaba el dinero”.
Recordó que un día su hijo la vio que se desvelaba preparando los productos para viajar al día siguiente a México a vender las quesadillas y darle para sus útiles, “era un 10 de mayo y recuerdo que me dio una flor que fue a cortar de la zanja y me dijo: mamá un día tendré dinero y te daré rosas, lloré mucho y lo abracé, ese fue el único regalo más bonito de mi vida, y hoy no digo que no me felicita, pero yo tengo que salir a trabajar para tener mi dinerito, nunca hay que estar esperanzados a nuestros progenitores”.
Dijo que tiene apoyo de la Secretaría de Desarrollo Social y el dinero que le dan, una parte lo invierte en su negocio y la otra lo ocupa para comprarse una blusa o un babero porque cuando hace tortillas se le quema.
EL DATO
- En Nopalucan son alrededor de tres mil mujeres las que se dedican a comercializar las quesadillas de tinga, chicharrón, champiñones y de huitlacoche.