El 9 de marzo de 2010 marcó para siempre la vida de Elizabeth Sánchez Pluma. Ese día, la joven voluntaria se encontraba de guardia en su base, ubicada en Chiautempan.
Eran alrededor de las 15:00 horas y al radio transmisor llegó una solicitud para cubrir un servicio de emergencia en la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, pues un hombre identificado como Guillermo Meléndez, de 57 años de edad, presentaba una crisis por congestión etílica.
Al circular con rapidez sobre la calle Progreso de Texcacoac, la ambulancia en la que Elizabeth viajaba perdió el control y volcó en una zanja.
En la unidad iban a bordo tres paramédicos, pero solo la Técnico en Urgencias Médicas resultó herida de gravedad al quedar prensado su brazo izquierdo y dañado a un 90 %.
Ese accidente provocó que sus compañeros acudieran de inmediato a auxiliarla y, por la gravedad de su lesión, un helicóptero con matrícula XC-ERA arribó a la capital tlaxcalteca para trasladar a la originaria de Tlaltelulco al Hospital Central de la Cruz Roja Mexicana, ubicado en Polanco, Delegación Miguel Hidalgo del extinto Distrito Federal.
Llevo tatuada una Cruz Roja en el corazón
La amputación del brazo de Elizabeth fue inevitable, lo que representó un duro golpe no solo para ella, sino también para su familia.
No obstante, ese hecho la motivó a que, una vez repuesta de la cirugía, decidiera reincorporarse a la labor altruista de la Cruz Roja.
A 19 años de servicio voluntario y 9 años de ese inolvidable accidente, Elizabeth afirma que mucha gente cree que la Cruz Roja es una institución de gobierno y que a los paramédicos les pagan, lo cual es falso.
Muchas veces la gente no se entera de lo que como voluntarios vivimos en la institución… ser voluntarios de la Cruz Roja es el hobby más caro que se pueda tener, a nosotros nos cuentan nuestras capacitaciones, nuestro uniforme y hasta nuestras botas, expresó.
Elizabeth Sánchez Pluma ahora ya no puede brindar servicio en el área de socorros, pero colabora en la educación de primeros auxilios como instructora en el área de capacitación.
Entré a la Cruz Roja como servidora social y quedé 100 % comprometida con la misión institucional, amando lo que hago y dar lo mejor de mi día con día, expresó este 25 de marzo en el evento oficial de inicio de la colecta de la Cruz Roja que encabezó el gobernador del Estado, Marco Antonio Mena Rodríguez y el presidente nacional de la benemérita institución, Fernando Suinaga Cárdenas.
En su emotivo mensaje, la hoy instructora compartió la experiencia que le dejó ese accidente y sostuvo que a veces la gente piensa que por estar dentro de la Cruz Roja o a bordo de una ambulancia no nos pasa nada, que no somos vulnerables y que es nuestra obligación ayudar, pero se equivocan
Compartió que en casi 20 años de servicio ha visto caer compañeros por miedo, por desesperación y otros más que han colapsado de sueño después de una guardia de arduo trabajo; sin embargo volvemos y seguimos aquí con la camiseta bien puesta
Por ello, Elizabeth convocó a la ciudadanía a colaborar con la colecta anual de este 2019 para ayudar a quien más lo necesita y estar siempre donde una persona vulnerable necesita que le extiendan la mano.
Agregó que la Cruz Roja no son solo ambulancias, sino una institución reconocida a nivel mundial, con gente capacitada, con niños y jóvenes que desde los ocho años emprenden este sentido humanitario, damas voluntarias que con pasión cuidan al prójimo, veteranos que han dedicado su vida al servicio y enseñan a los jóvenes que no hay edad para estar dentro y que siempre se puede dar un poco más.
Somos seremos humanos que sentimos, que lloramos, que reímos pero sobre todo que llevamos tatuada una Cruz Roja en el corazón y que no dejaremos de extender la mano a quien nos necesita
Elizabeth Sánchez / Voluntaria de Cruz Roja
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