De lunes a viernes Ana María Bretón, una señora de la tercera edad, vende comida a los empleados del ayuntamiento de Tlaxcala, en los pasillos de la alcaldía.
En varios recipientes lleva tacos, tlacoyos, memelas y hasta chilaquiles que, a un accesible precio, vende también a las personas que acuden a la presidencia municipal o a las oficinas instaladas al interior para realizar algún trámite.
Hoy, fecha en que en México es celebrado el Día del Abuelo, la señora Ana María no interrumpió su rutina y como normalmente lo hace, se sentó en las bancas al interior de la alcaldía, a un lado suyo colocó la bolsa de plástico en la que transporta sus alimentos e inició la vendimia.
Permanece en ese lugar aproximadamente durante cinco horas, ese horario se ha establecido como jornada laboral, y las personas que ya la conocen la buscan para comprar la comida.
Pero ella no fue la única que trabajó el día en el que los mexicanos rinden homenaje a los mayores.
En la capital, desde temprano también iniciaron labores empleados del área de servicios municipales que, ayudados de escobas, son los encargados de mantener limpias las principales calles y parques de la comuna.
Otros, como parte de ese importante lugar que ocupan dentro de las familias acudieron a las escuelas a recoger a sus nietos, y algunos menos afortunados se pararon en el lugar de siempre para pedir alguna moneda que les permitiera comprar comida.
Esos fueron algunos escenarios que pudieron percibirse este día en la capital del estado, en donde por el abandono o por las carencias económicas, los adultos de más de 60 años se emplean para poder
vivir.