Yefri Méndez y Ricardo Hernández, ingenieros en Finanzas por la Universidad Politécnica de Tlaxcala, nunca imaginaron que un proyecto escolar podría ser para ellos el inicio de un pequeño negocio. Hace unos días, la vísperas del Día de Muertos, los jóvenes de 25 y 23 años de edad se plantearon la idea de elaborar un pan negro, algo que ya habían visto en otras entidades pero que querían replicar para Tlaxcala. Eso sí, con un toque propio que los caracterizara.
De primer momento sabían que en la mayoría de las panaderías en la Ciudad de México dar ese aspecto "a quemado" era a través de un colorante negro, pero la experiencia en la panificación, pues Yefri nació en una familia de tahoneros en San Juan Huactzinco, les dijo que no podían emular ese procedimiento ya que modificaría el sabor del pan. Así, optaron por usar algún ingrediente que únicamente diera color, pero no sabor: el totomoxtle quemado, que es la hoja seca que cubre a la mazorca, mezclada con azúcar.
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"Anteriormente habíamos visto ese pan en la Ciudad de México, ahí usaron un colorante pero eso le hacía que perdiera un poco el sabor, entonces decidimos hacerlo en Tlaxcala pero en lugar de ponerle un colorante artificial optamos por el totomoxtle, que cuando está seco lo quemamos, lo mezclamos con azúcar y después lo ponemos encima del pan", dijo Ricardo.
EL PROCESO
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En entrevista con El Sol de Tlaxcala, los jóvenes emprendedores de Yeri (nombre de su negocio) contaron que su idea surgió hace apenas unos días y que la demanda de ese original pan van en aumento.
De hecho, en los cerca de cuatro días han elaborado unas 400 hojaldras que han distribuido en Tlaxcala, Zacatelco y Teolocholco y van por más.
En la charla contaron sobre la elaboración del pan de muerto, que es la tradicional: una masa hecha a base de harina, manteca, azúcar, levadura, agua caliente y el ingrediente que dará sabor al pan, y que puede ser nuez o huevo.
Una vez hecha la masa y tras haberla dejado reposar para que incremente su tamaño, proceden a la elaboración manual de cada uno de los panes de muerto, que se trata de la base principal con los huesitos que llevará encima.
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Cuando se tienen las piezas listas, y tras otro reposo de algunos minutos, las piezas de masa son introducidas a un horno artesanal de tabique y lodo que previamente fue calentado con leña, y estarán ahí hasta lograr su cocción que varía según el tamaño de cada una.
Luego, los panes son sacados y se dejan enfriar por un lapso para después ser barnizados con mantequilla derretida que permitirá que se pegue el totomoxtle quemado con la azúcar e incluso algunas hojas de cempasúchil, ese es el proceso final de esa novedosa hojaldra.
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TIENE ACEPTACIÓN
El color negro, que regularmente es relacionado con el luto y la muerte, hace que el pan sea atractivo en estas fechas, sobretodo para ser colocado en las ofrendas junto a los tradicionales de ajonjolí y azúcar.
Yefri y Ricardo han visto buena aceptación a ese pan, pues explicaron que a pesar de que usan el totomoxtle quemado el sabor del pan no es amargo pues la azúcar, además de darle brillo, evita eso. "Ha tenido aceptación porque a la gente le ha llamado mucho, pues ese color que colocamos encima del pan de muerto tiene que ver con el Día de Muertos", señaló Ricardo.
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El costo de cada pieza es de 13 pesos. Para hacer algún pedido o compra pueden comunicarse al 246 103 9708.
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