En la conmemoración de la cuarta Jornada Mundial dedicada a los abuelos, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, pidió a los fieles católicos tener el corazón abierto, valorar la sabiduría y experiencia de las personas mayores, así como el camino que han forjado y lo que aportan a las familias.
En la ceremonia eucarística del XVII Domingo del Tiempo Ordinario, celebrada en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en Tlaxcala capital, el máximo jerarca de la iglesia católica pidió apoyo para las personas mayores, tenerlos presentes en las acciones y no dejar de demostrarles ternura, pues esto será motivo de bendición para todos.
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Indicó que otra labor es visitar a las personas mayores que están desanimadas, quienes ya no esperan un futuro distinto por la actitud egoísta o quienes padecen alguna discapacidad, con ellos se debe tener el corazón abierto, el rostro alegre y la valentía para decir “no te abandonaré y emprenderé un camino diferente”.
El Obispo de Tlaxcala puntualizó que las obras de amor y afecto a los adultos mayores pueden conceder la indulgencia plenaria (quitar algunos pecados), lo cual es posible alcanzar al desprenderse de cada pecado y se pueda cumplir con los sacramentos.
Ante personas mayores que asistieron a la celebración eucarística en la Catedral, explicó que la Jornada Mundial para pedir por todos los ancianos tiene la finalidad de tomar consciencia sobre la importancia que tiene este sector de la sociedad en las familias.
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Por ello, compartió el mensaje del Papa Francisco alusivo a la jornada mundial de las personas mayores y está basado en en el Salmo 71 “En la vejez, no me abandones” y cita: “Dios nunca abandona a sus hijos ni siquiera cuando la edad avanza y las fuerzas flaquean, los salmos están llenos de asombro del corazón humano frente a Dios que nos cuida a pesar de nuestra pequeñez, podemos tener por consiguiente la certeza de que también estará cerca de nosotros durante la ancianidad”.
Añadió que la Biblia precisa que envejecer es signo de bendición y se puede encontrar la certeza de la cercanía de Dios en cada etapa de la vida, aunque particularmente en la vejez se puede encontrar el miedo, abandono, dolor y soledad.
Comentó que la soledad en la vejez es frecuente y tiene diversos motivos, como cuando los hijos se ven obligados a emigrar a los pueblos devastados por la guerra, lo que genera que las personas mayores se queden solas en sociedades más avanzadas.
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Salcedo Aquino indicó que actualmente existen acusaciones dirigidas a los mayores, a quienes señalan de robar el futuro a los jóvenes o que la supervivencia de los ancianos pusiera en peligro a las nuevas generaciones, comentarios que ponen a la juventud en su contra, pero esto es una manipulación inaceptable y algo distorsionado de la realidad que surgió por decisiones políticas, económicas, sociales y de personas que no reconocen la dignidad infinita de este grupo poblacional.
Por ello, llamó a cambiar las costumbre y forjar un futuro distinto para los ancianos, que perciban el agradecimiento de todas las personas que, aun con sacrificios, dan muestras de cercanía y reconocimiento con un papel insustituible que tienen en las familias, la sociedad y la iglesia.
Finalmente, el Obispo comentó que se deben compartir los parabienes con los demás, sean muchos o pocos, “el Señor multiplicará para tener lo necesario”, ese fue el mensaje de la ceremonia dominical para compartir los dones, gracias y bendiciones que brinda Dios, “pues las personas pueden ser una bendición para otros”.
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Este 2024, la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores fue celebrada ayer 28 de julio con el lema “En la vejez no me abandones”, la iniciativa fue establecida por el papa Francisco en 2021 y es conmemorada cada año el cuarto domingo de julio.