Para los católicos tlaxcaltecas el tercer lunes de mayo representa una de las fechas más importantes del calendario litúrgico, pues es el día en que la Virgen de Ocotlán baja de su altar para recorrer las principales calles de la ciudad.
Aunque en realidad este día la Virgen es “subida” hasta su altar, la fiesta religiosa es conocida como “La Bajada de la Virgen”, porque se trata de la fecha en que la imagen de Nuestra Señora de Ocotlán es llevada cuesta abajo a la ciudad de Tlaxcala, para recorrer las principales calles y sitios emblemáticos,
Se trata de una centenaria tradición que, aunque actualmente se vive cada tercer lunes de mayo y en apego a un cauteloso itinerario, antaño era celebrada en fecha indistinta que lo ameritara o por solicitudes de la feligresía.
La solemnidad católica ha evolucionado con el pasar de los años. Actualmente “baja” para visitar a los tlaxcaltecas católicos y sucede durante el mes denominado mariano, puesto que la Iglesia dedica mayo a la Virgen María.
Anteriormente bajaba a la ciudad cuando había ceremonias importantes, para que intercediera por su pueblo que padecía dificultades, o simplemente para venerarla y agradecerle favores hechos.
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Incluso, la autorización y organización de la bajada era abordada en sesiones de cabildo (no existía la separación de la Iglesia y el Estado), donde las autoridades establecían, entre otras cuestiones, que no cualquier persona podía poner altares sin antes solicitar permiso y, en caso de obtenerlo, no debían ser ridículos, tenían que ser de forma majestuosa, con algunos arcos, flores y pendones.
No existe un dato exacto de la primera vez que tuvo lugar la “Fiesta de la Bajada de la Virgen de Ocotlán”. La Iglesia dice que pudo ser hace 330 años o quizá menos, mientras que documentales antiguos resguardados en el Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala (AHET) sugieren que pudo ocurrir desde 1662 o años antes.
LA CENTENARIA FIESTA DE LA BAJADA
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Información difundida en la página oficial de la Diócesis de Tlaxcala indica que los orígenes de la “Fiesta de la Bajada de la Virgen de Ocotlán” se remonta a la época del segundo capellán de la basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, Francisco Fernández de Silva, entre 1691 y 1716.
Empero, la antigüedad puede ser de 362 años o más, eso con base en el contenido de la obra “Cronología de la muy Insigne, Noble y Leal ciudad de Tlaxcala”, escrita por Juan Buenaventura Zapata y Mendoza, un cacique tlaxcalteca que señala que la Virgen de Ocotlán bajó a la ciudad de Tlaxcala en octubre de 1662 en ocasión de las fiestas de la Virgen de la Concepción, que regularmente suceden en diciembre.
El mismo personaje señala una nueva bajada de la Virgen de Ocotlán en octubre de 1682 tras la predicción de una catástrofe, aunque no se sabe si tenía que ver con un eclipse o un temblor, y la imagen bajó para que los católicos se encomendaran a ella.
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Los documentos guarecidos en el fondo histórico del AHET hacen referencia a las peticiones hechas para que la imagen bajara a la capital y destaca que la Virgen llegaba a la parroquia donde le hacían novenarios y establece que el traslado debía hacerse con todo el decoro posible.
Otro antiguo documento es una petición fechada el 12 de junio de 1750 que hacen Francisco Antonio de la Rivas, Antonio Pérez y otros, para que la Virgen de Ocotlán se pueda bajar en procesión y se le haga un novenario.
Existe en el AHET una carta del 22 de junio de 1757, sin destinatario, escrita por Manuel de Loayzaga, presbítero y capellán del santuario de Ocotlán, a través del cual se informa que la fiesta de la Virgen de Ocotlán será el tres de julio, por lo que invita al Obispo y le señalan el camino por donde pasará la procesión.
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Otro manuscrito es un mandamiento del teniente Jacinto de Leyva, emitido el 19 de noviembre de 1764, dirigido a la población para que las calles se iluminen y pongan gallardetes en los balcones durante tres días, eso con motivo de que el Papa Clemente XIII nombró como patrona principal de Tlaxcala a la Virgen María con el título de Ocotlán.
Existe un testimonio más, una petición de los capitulares de Tlaxcala a Juan Isidro Sologuren, abogado de la Real Audiencia, correspondiente al 26 de abril de 1771 para que la Virgen de Ocotlán baje en procesión ya que había un problema de fiebres.
Un manuscrito más que hace referencia a las festividades en honor a la Virgen es de 1861: avisos de diferentes colores en los que se indica que se harán las solemnidades a la Virgen de Ocotlán con motivo del término de la guerra de los Tres Años (1858-1860), y en ese momento los católicos recurren a ella para agradecer el fin de la pugna entre conservadores y liberales.
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La fecha de esos documentos es 11 de abril y se informa que la Virgen de Ocotlán bajará de su santuario el seis de mayo a la iglesia parroquial (San José), que el 15 se trasladaría al exconvento de San Francisco, el 18 regresaría a la parroquia y el 20 nuevamente subiría a su templo.
- La construcción del Santuario erigido en su honor, ubicado en la comunidad de Ocotlán, comenzó en 1687.