Mientras que la Secretaría de Educación Pública del Estado (Sepe) informó que esta semana más de 300 mil alumnos regresaron a clases virtuales, ante la imposibilidad de hacerlo de manera presencial por la pandemia de Covid-19, la realidad en algunas comunidades rurales es otra, pues al carecer tanto de internet como de televisor, los niños deben realizar actividades distintas, como es el trabajo en el campo, para evitar el sedentarismo.
Tal es el caso de Diego, Evelin y Jael, quienes cursan quinto de primaria, así como primero y tercero de secundaria, respectivamente. Son originarios de la primera sección de Amaxac de Guerrero y que, al carecer de esas herramientas tecnológicas para retomar las actividades escolares a distancia, tienen que apoyar a su abuela, de 80 años de edad, con las labores agrícolas.
En entrevista, Jael, el mayor de ellos, relató que desde que suspendieron las clases en la secundaria Arcelia Geno Vázquez (a la que acude) no ha sabido si debe realizar alguna tarea o actividad, pues al no contar con los medios necesarios para enterarse, no ha realizado ninguna e, incluso, desconocía que existen los canales de televisión y las plataformas de internet para trabajar desde casa.
Nunca nos dijeron nada, a mi hermana su maestro solo le dijo que repasara sus libros de texto y es lo que ha estado haciendo, pero ya nos aburrimos de estar tanto tiempo sin hacer nada. No tenemos acceso a la televisión ni al internet, además de que dicen que no debemos salir, entonces no está en nuestras manos, expresó el mayor de los hermanos.
Cuestionado sobre si sabía que este tipo de aprendizaje, impartido por los padres o la familia también podría servirle para demostrar que durante el periodo de aislamiento realizó alguna actividad, tajantemente afirmó que no. “Aunque ahora que ya lo sé lo pondré en mi libreta y lo entregaré al maestro al regresar a la escuela, pues es lo único que puedo hacer”.
Por otro lado, mientras retiraba algo de hierba de su parcela, su abuela lamentó que debido a que les retiraron la señal análoga de los televisores antiguos con los que cuentan, desde hace tiempo carecen de este servicio y están prácticamente aislados de lo que pasa afuera, pues solo a través de una vieja radiograbadora se mantiene al tanto de las noticias.
Sin embargo, refirió que casi 20 días después de que dejaran de acudir a la escuela (17 de marzo), en la primaria Ricardo Flores Magón, ubicada a unos cuantos metros de su vivienda, el maestro de Diego los citó en la institución para proporcionarles material para realizar. “Fueron unas hojas, como de examen, que las contestaron los niños y a la semana las regresamos, pero no ha habido más”.
Asimismo, contó que mientras su hija acude a trabajar para sustentar los gastos de la casa, ella se hace cargo de sus nietos, a quienes ya no sabe qué ponerlos a hacer porque solo cursó hasta el cuarto año de primaria.
Eso sí, aseguró que con lo poco o mucho que aprendió casi todos los días les pide realizar “cuentas” en su libreta o los pone a leer, pero una vez que terminan “unos se duermen un rato, luego se despiertan y juegan; la niña me ayuda en la cocina también”.
Además, mencionó que por la noche ha optado por jugar baraja, dominó o algún otro juego de mesa con ellos para evitar que se aburran y hacerles más ameno este tiempo.
Finalmente, pidió a las autoridades educativas estatales ser considerados con aquellos niños que no tienen acceso a la tecnología para que, una vez que regresen a los salones, los docentes sean flexibles y los puedan evaluar bajo las condiciones en que vive cada uno de ellos.
- 300 mil alumnos, aproximadamente, regresaron a clases virtuales en la entidad.
- 17 días hábiles, sin contar sábado, domingo ni vacaciones de Semana Santa, llevan en aislamiento voluntario los alumnos de la entidad.
LAS QUEJAS
- A través de redes sociales, padres de familia reprocharon que para la programación de secundaria ésta se cortaba o era deficiente, por lo que pidieron mejorar la calidad para evitar que sus hijos tuvieran problemas con las actividades a realizar.
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