Durante su tradicional homilía dominical, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, exhortó a la feligresía a enseñar a quienes no saben y compartir experiencias a quienes lo necesitan.
Puntualizó que como parte de los sacramentos, la ciudadanía debe realizar obras de misericordia, “pues la fe se manifiesta a medida en que se comparte, la fe madura en la medida en que nosotros nos abrimos a las necesidades de los demás, no debemos tener una fe encerrada en un templo, cerrada en las celebraciones eucarísticas”.
Insistió en que la Iglesia no necesita a sus fieles encerrados, pues la primera palabra de Jesús, fue invitar a que vayan y salgan a enseñar el Evangelio, “y eso es lo que el Papa Francisco insiste una y otra vez, diciendo que la Iglesia debe ir en salida, que la gente vaya a las periferias existenciales o a las periferias geográficas, allí donde hay dolor, ahí donde hay sufrimiento ahí hay que estar”.
Indicó que durante las misas, el catolicismo refrenda su fe para proyectarla a los demás en obras y servicios, comprensión, ayuda y respeto, en obras misericordiosas para quien lo necesita, “ya sea desde la familia, el trabajo, en nuestra sociedad”.
De acuerdo con el Evangelio, precisó que para poder servir a los demás es necesario salir de uno mismo, vivir en espíritu de familia, de perdón y reconciliación, pues el reflejo de la “Santísima Trinidad” es la familia, pues ahí se experimenta el amor del padre.
Por último, aseveró que la Iglesia Católica Romana es la casa de todos, donde se experimenta el amor y la misericordia de Dios, por lo que los fieles deben proyectar ese sentimiento hacia su prójimo y a la misma Iglesia.
La fe madura en la medida en que nosotros nos abrimos a las necesidades de los demás, no debemos tener una fe encerrada en un templo
JULIO CÉSAR SALCEDO AQUINO / OBISPO DE TLAXCALA
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