La caída de ceniza volcánica provoca molestia en ojos y vías respiratorias, pero ver y escuchar las explosiones que surgen desde la garganta del volcán Popocatépetl causa temor.
El amanecer del domingo 21 de mayo fue diferente para la población cercana al volcán, al sur de Tlaxcala.
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Visto desde la capital tlaxcalteca, una densa capa grisácea cubrió el cielo durante el fin de semana. De cerca, las fumarolas, vapores de gas y expulsión de lava son una reacción natural de la madre tierra.
Sin embargo, a pesar de la mayúscula actividad de "Don Goyo", los templos religiosos fueron visitados; entre la feligresía fue inevitable guardar distancia.
Sacerdotes y personal de apoyo pusieron el ejemplo al portar cubrebocas. Las iglesias y parroquias fueron visitadas desde las 10:00 horas y hasta el anochecer.
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Durante la mañana, al mediodía y por la tarde había presencia del fragmento de rocas volcánicas, en toldos de los vehículos era más visible; existía en toda la superficie en un radio de 60 kilómetros a la redonda del cráter.
Por eso, hombres, mujeres y niños portaron el lienzo protector de tela que, desde abril de 2020, se hizo usual entre la población a causa de la pandemia del Covid-19.
En Nativitas, Panotla, Tlaxcala, Tepetitla de Lardizábal, Nopalucan, Ixtacuixtla, Totolac, Zacatelco, San Pablo del Monte y también en Puebla, la población oró a Dios ante el riesgo de una eventual erupción.
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Y los gorriones -aves con mayor presencia en el mundo- también sintieron la fuerza de la naturaleza. Con sus alas cubrieron los huevecillos a punto de eclosionar en la tardía primavera. La ceniza se acumuló entre el follaje de los árboles, en plantas silvestres y domésticas.
Un fenómeno natural que no se presentaba con tal magnitud desde noviembre de 1994, es decir, hace casi 29 años, cuando "Don Goyo" despertó.
Y aunque por la mañana del domingo la lluvia escurrió la cenizas entre barrancas y canales, al mediodía, con el incremento de la temperatura causó algunas molestias a la población; respirarla fue inminente, la gente se quejó de dolores de nariz, boca y garganta por la inhalación del polvo volcánico.
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Durante la reunión del Comité Científico Asesor del volcán Popocatépetl, efectuada el sábado y con base en el análisis de la información generada en los últimos días, se recomendó cambiar la fase del semáforo de alerta volcánica de amarillo fase II a amarillo fase III.
Lo anterior -explicó la fuente- constituye una medida preventiva ante los cambios observados.
En municipios de Puebla como Cholula, Xoxtla, Atlixco, la capital y Texmelucan, donde se registró mayor caída de ceniza, la gente formó montones del residuo fuera de sus domicilios.
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Y mientras miles de toneladas de ceniza fueron esparcidas a la redonda del volcán, la población siguió sus actividades. No hubo suspensión de eventos deportivos, hasta los taqueros de canasta salieron a buscar el pan de cada día.
Los compromisos religiosos tampoco fueron suspendidos; por ejemplo, Jorge Borja Rosette recordó a su hermano Sergio Enrique, quien falleció justo hace un año a causa de una enfermedad silenciosa.
El jubilado de la Volkswaguen, ataviado con el uniforme del América, le rindió un homenaje en el panteón municipal.
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A Sergio Enrique le apasionaba ver ganar al equipo de sus amores. Aunque esta vez, con la expulsión de Álvaro Fidalgo, el cuadro de Coapa le regaló el boleto a la final al Club Guadalajara.
Este domingo, así se vivió entre la población la presencia del fenómeno natural que -por la noche- provocó que la Secretaría de Educación Pública anunciara la suspensión de las clases presenciales.
Y caída la noche, la lluvia generalizada en entidades del centro del país, limpió los toldos de los vehículos que por la mañana amanecieron de un color blanquecino.
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El polvo volcánico había desaparecido, aunque la fase III de alerta, sigue activa y ya se registraron nuevas caídas de fragmentos de rocas volcánicas.
Estos minerales y vidrio volcánico que se producen durante erupciones explosivas de un volcán, son abrasivas, no se disuelven en agua y representan un riesgo para la población en piel, ojos y vías respiratorias.