Esta tarde, disfrazados, danzantes y huehues, (hombres, mujeres y niños) de diferentes lugares de Tlaxcala arribaron a la ciudad capital para participar en el desfile del Carnaval.
Desde las 15:00 horas autobuses, camionetas y vehículos particulares invadieron las calles de la Loma Xicohténcatl, cerca de la avenida Independencia por donde pasó el colorido desfile.
Con tal de participar en el primer evento del carnaval, algunos pidieron permiso en sus centros de trabajo, otros se ausentaron de las aulas de clase.
La Secretaría de Turismo estima que hay más de 450 camadas en 50 municipios de Tlaxcala, unos 15 mil huehues, aunque no todos participan en el desfile.
Después de ponerse los costosos trajes con adornos de lentejuela y chaquira, se rolaron cintas, resortes y listones para sujetar las caretas, botas, cueros y capas.
Los que portaban penachos y plumeros como disfrazados, chivarrudos y charros, requirieron de ayuda de otras personas.
ESTO ES UN LUJO: DANIEL
Daniel Lembrino, su cuñado Carlos y su amigo Adrián, arribaron a las 15:45 horas para participar en el desfile.
Los tres amigos integrantes de una camada de Santa María Acuitlapilco, esperaron varios días para este momento.
“Vengo saliendo del trabajo en el mercado de Zacatelco, le pedimos a Juan Xochitotol que nos trajera los plumeros en su camioneta”, explicó a este Diario.
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Expresó que es un lujo vestirse de charro “bien vale la pena haber comprado los trajes, estamos estrenando todo, desde las botas hasta el plumero, cada uno costó 35 mil pesos, ahora a presumirlos”.
Explicó que tan solo el plumero elaborado por artesanos de Papalotla pagó 15 mil pesos.
EN TEXOLOC DE ADELITAS
Rubén Hernández, de ocupación productor de leche, dijo que en Texoloc bailan vestidos de adelitas.
"Es una tradición que traemos de niños, cambiamos el vestuario cada año y nuestro baile gusta a la gente".
Por su parte, Jaime Sánchez, empleado en una oficina gubernamental en Zacatelco manifestó que "estamos un poco atrasados, pero Zacatelco está presente".
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Expuso que su vestimenta está elaborada a base de piel de chivo con un precio de 25 mil pesos.
"Él es César, tiene siete años y es mi sobrino, pero en cuanto escuche el teponaxtle empezará a bailar".