Las determinaciones de los párrocos de Españita y de Ixtenco están justificadas para cuidar la salud de los feligreses y por insolvencia económica, aseveró el vocero de la Diócesis de Tlaxcala, Ranulfo Rojas Bretón.
En el primer caso, el párroco Agustín Rojas Flores ordenó suspender la “bajada” de la virgen de Loreto, que cada año se concretaba el 26 de marzo, por lo que causó inconformidad entre la población.
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De hecho, la determinación la hicieron circular a través de las redes sociales, cuyo mensaje señala, “se informa a los vecinos y peregrinos del municipio de Españita que el próximo 26 de marzo, día que se celebra la aparición de la virgen de Loreto, este año no habrá peregrinación ni bajará la Virgen a Las Pilas”.
El mensaje continúa, “acuerdo tomado por el párroco y la comisión organizadora: Miguel Palacios, Yaquelin Cortés, Raquel Quintero, Vicente López y Rubén de la Rosa, quienes llegaron a esa decisión sin tomar en cuenta a la comunidad y vecinos”.
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El segundo caso, involucró al párroco de Ixtenco, Pablo Cuatecontzi Flores quien ordenó el cierre de la escuela primaria Miguel Hidalgo, supuestamente porque no deja ganancias económicas y la operación del plantel resulta insostenible.
De ahí que Rojas Bretón defendió que, en el tema de Españita, el presbítero tomó la determinación en estricta obediencia a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, quienes mantienen el decreto de evitar eventos masivos y no fue una decisión unilateral
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