Los trabajadores de la iniciativa privada pueden presentar enfermedades cardiacas, diabetes y obesidad ante las rutinas de las actividades laborales y el estrés de sus jornadas de seis y ocho horas por día.
Entre los síntomas emocionales se encuentran ansiedad, miedo, irritabilidad, mal humor, frustración, agotamiento, impotencia, inseguridad, desmotivación o intolerancia.
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En los síntomas conductuales se incluyen disminución de la productividad, repetición de errores, dificultades al hablar, risa nerviosa, trato brusco en las relaciones sociales, llanto, presión en las mandíbulas y aumento del consumo de sustancias nocivas.
Entrevistada al respecto, la especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala, Nayhelli García Álvarez, señaló que la creciente presión en el entorno laboral puede provocar una sobrecarga física y mental en los trabajadores, lo que genera diversas consecuencias que afectan la productividad.
Por eso, recomendó implementar una dieta saludable, dormir de siete a ocho horas diarias, evitar el consumo de tabaco y alcohol, llevar a cabo técnicas de relajación y meditación, escuchar música relajante y realizar ejercicios de estiramiento. “Practicar algún deporte es el mejor aliado para la liberación de endorfinas y ayudará a tener un descanso placentero por las noches”.
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Los trabajadores pueden buscar apoyo profesional para ayudar a liberar el estrés emocional, así como mejorar las habilidades de comunicación, ser amable, expresar las situaciones que causan algún tipo de conflicto y evitar enfadarse.
También pueden acudir a la Unidad de Medicina Familiar del IMSS que les correspondiente para ser evaluados y, si es necesario, ser remitidos a un especialista en psicología.
El IMSS ofrece herramientas técnicas e información de apoyo, tanto para las empresas como para los trabajadores, en temas de salud mental y cuidado de las emociones, por medio de la plataforma CLIMSS en el sitio https://climss.imss.gob.mx/
Más adelante, la especialista anotó que el estrés crónico aumenta considerablemente los riesgos de enfermedades cardiacas, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas. También puede causar problemas como dolores de cabeza tensionales, disfunción sexual, caída del cabello y pueden tener un impacto devastador en la salud mental.
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Los síntomas de tipo cognitivo del estrés pueden manifestarse a través de las dificultades de concentración, confusión, olvidos, pensamientos menos efectivos, disminución de la capacidad para resolver problemas y reducción en la capacidad de aprendizaje.
Los síntomas fisiológicos pueden incluir tensión muscular, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones, palpitaciones, respiración agitada, aumento de la presión sanguínea, agotamiento, mayor riesgo de obesidad y de problemas cardiovasculares, deterioro en la memoria y problemas de sueño.
El estrés es el conjunto de reacciones físicas y mentales que experimenta una persona cuando se ve sometida a diversos factores externos que superan su capacidad de enfrentamiento, por lo tanto, identificar a tiempo los signos de ayuda e implementar estrategias que lo contrarresten es primordial.