Entre mi familia y mis estudios, elegí ambos. Hoy tengo dos carreras, cuatro especialidades y tres hijos profesionistas que me hacen sentir la más afortunada, sostiene la doctora María de Lourdes Hernández Montiel, tlaxcalteca que ha dedicado su vida a la salud de las familias, pues para ella “la pasión por la medicina no conoce límites”. Esta es su historia.
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Originaria del municipio de Chiautempan, Lourdes Hernández fue la quinta de ocho hermanos. Su objetivo desde la infancia fue ser médico, pero al pertenecer a una familia numerosa, una sociedad donde las oportunidades eran mínimas para las mujeres y, sobre todo, al no existir la carrera de Medicina en Tlaxcala en el tiempo que fue estudiante, eligió la Enfermería como una alternativa, a la cual sumó tiempo después las especialidades en Enfermería Quirúrgica, Enfermería Pediátrica y Administración en los Servicios de Enfermería.
Durante su trayectoria como enfermera general de varias dependencias públicas, así como enfermera pediatra y enfermera jefa de área dentro del Instituto Mexicano del Servicio Social (IMSS), recibió reconocimientos anuales a nivel estatal donde se reconoció su labor y empeño en pro de la infancia de Tlaxcala. Sin embargo, la historia no culmina ahí.
Para el año de 1994, una vez que se implementó en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) la licenciatura de Médico Cirujano, tuvo que replantearse su presente. Con una familia establecida, tres hijos, dos empleos y 31 años de edad ingresó a estudiarla, ¿su motivación? “el amor y la pasión por la profesión médica”, explica.
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De acuerdo con su experiencia, los sacrificios de la medicina siempre van a existir, pero elegir como segunda carrera es un reto aún más difícil de superar, pues la carrera absorbe la mayor parte del día para poder ingresar al sofocante sistema de salud mexicano.
Aprendí a distribuir mis tiempos como trabajadora, como esposa, como madre, como hija y como amiga; tiempos cortos, estresantes, cansados, muchas veces complicados, pero al final muy gratificantes cuando alcancé la meta de ser médico, expresa.
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El gusto por el servicio lo tuvo siempre, pero al informarse más sobre el rol de las mujeres en el área, la doctora Lourdes Hernández supo que no estaba sola.
Para muchos países, sin excepción en México, siete de cada 10 personas son mujeres que trabajan para el área de la salud, explicó. Ellas son las principales profesionales de atención domiciliaria y comunitaria, además las principales prestadoras de cuidados no remunerados tanto dentro como fuera de la familia.
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Con la sensibilidad asociada tradicionalmente a lo femenino y la fortaleza que brinda el trabajo en un hospital, la tlaxcalteca asegura que a veces solo hace falta “limpiarse las lágrimas y salir adelante”, pues una persona nunca está lista para enfrentarse al peligro, sino que es la valentía la encargada de llevarla a la acción.
Por otra parte, el llamado científico fue crucial para darse ánimos en cada una de las materias que integran la licenciatura. La curiosidad por conocer el cuerpo y las enfermedades, así como los tratamientos que han evolucionado durante años para lograr su bienestar es “descubrir también la fragilidad de la vida y las ganas de devolvérsela a muchas que estuvieron a punto de perderla”.
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EL COMPROMISO CON TLAXCALA
En el año 2010, una vez titulada de la segunda licenciatura, fue asignada por el IMSS como médico general en Santa Cruz Tlaxcala con una beca para cursar la especialidad en Medicina de Urgencias.
Además de las regencias bibliográficas escolares, una manda que la doctora Hernández Montiel adoptó para sí misma a partir de ese momento fue el consuelo y el acompañamiento a los pacientes y sus familias; el ser profesional sin dejar de ser humana, decisión que marcó su vida en la clínica hasta el primero de marzo del presente año, cuando culminó con satisfacción su vida laboral.
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Durante ese tiempo, el estrés, la ansiedad, los descuidos en la alimentación y la ausencia en su hogar fueron el sacrificio, pero la vida y salud de los cientos de pacientes que pasaron por sus manos se convirtieron en alicientes.
Según detalla, cada día en el área médica es un reto, pero cada día inicia y termina con la gracia de Dios, pues su fe también la llevó a conquistar otros horizontes.
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Con la sencillez que la caracteriza y las ganas de formar a nuevos profesionales, la oriunda de Santa Ana Chiautempan inició su labor docente en la UATx y para el 2016 asumió la coordinación de Médico Cirujano de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Bajo ese cargo logró la acreditación del programa a través del Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica, organismo enfocado a escuelas y facultades de medicina a nivel nacional, del que hoy forma parte.
En la máxima casa de estudios de Tlaxcala también logró la expansión de los campos clínicos para internado y servicio social en el área médica, donde actualmente continúa influyendo en la vida de los futuros médicos de la entidad.
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El mensaje de la doctora Lourdes Hernández no se aleja de las generaciones de profesionistas que están por incursionar en las diferentes áreas de la salud, en las que se refleja hace más de tres décadas.
TRAYECTORIA
María de Lourdes Hernández estudió Enfermería con tres especialidades y Médico Cirujano con la especialidad en Medicina de Urgencias.