Aunque las instituciones de salud y educativas llevan a cabo diversas acciones para prevenir el embarazo en alumnas de diversos niveles educativos, en su mayoría adolescentes, el problema sigue siendo grave pues, según cifras oficiales de la Secretaría de Educación Pública del Estado, en lo que va de este año se han presentado 113 casos de alumnas que resultaron embarazadas, lo que condicionó su continuidad para seguir estudiando.
Sin embargo, el año pasado no fue posible obtener una estadística por las condiciones sanitarias que prevalecieron por la pandemia de Covid-19, donde los estudiantes permanecieron en sus hogares con clases a distancia y lejos de las aulas.
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A pesar de que dependencias como la Secretaría de Salud (Sesa) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizan exposiciones de salud sexual y reproductiva en las instituciones para prevenir ese fenómeno en este sector de la población, todavía hace falta más prevención.
También, desde la Secretaría de Educación Pública del Estado, la estrategia solo se ha limitado a impartir pláticas sobre salud sexual, así como repartir e informar sobre el uso de métodos anticonceptivos, estrategia que claramente no ha funcionado.
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Incluso, en septiembre del año pasado, el gobierno estatal formó el Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Gepea), donde rindieron protesta los nuevos enlaces de cada una de las dependencias que lo integran, pero al momento no se han visto resultados positivos de ese trabajo colaborativo.
De igual forma, el pasado 19 de marzo, instituciones, organizaciones civiles, legisladores y gobierno estatal se sumaron al proyecto nacional “En comunidad prevenimos y atendemos frente a la violencia sexual y el embarazo infantil”, con el compromiso de contribuir a garantizar condiciones de vida sanas para la infancia y la adolescencia, el cual estará concretado hasta 2024.
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Así, el plan de atención será de manera integral y abarcará a los estados de México, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala, en 12 municipios en los que se registran altos índices de embarazo infantil y violencia sexual, con el objetivo de prevenir este tipo de casos.
Asimismo, con la intención de tener un mayor alcance, el proyecto será impulsado a través de la red de promotoras y promotores, integrado por jóvenes que puedan hablar de igual a igual con las afectadas, que serán divididas en dos grupos de atención de 10 a 14 años de edad y adolescentes de 15 a 19.
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NECESARIO EL APOYO DE LOS PADRES DE FAMILIA
Por otro lado, especialistas del IMSS y Sesa coincidieron en que para que los planes y estrategias contra el embarazo en estudiantes puedan surtir efecto, es necesario el apoyo de los padres de familia, pues desde casa deben dialogar con ellos con respecto a los riesgos que implica el iniciar una vida sexual activa.
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Si bien reconocieron que el tema aun es tabú para algunas familias, el riesgo no solo de un embarazo, sino de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual está latente, pero desde el hogar los tutores deben platicar con sus hijos para concientizarlos sobre los riesgos.
Sin embargo, también aceptaron que muchos padres no cuentan con la suficiente preparación o conocimientos para orientar a los menores, por lo que les recomendaron acudir con las instancias de salud correspondientes para que sean éstas las que les brinden la información correspondiente.
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ESTRATEGIA NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN
A nivel nacional, el Gobierno de la República está desarrollando la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, producto del trabajo conjunto de 16 dependencias del gobierno federal y de la participación de organizaciones de la sociedad civil, de organismos internacionales y de personas expertas del ámbito académico, en esta temática.
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De esta forma, el objetivo general es reducir el número de embarazos en adolescentes en México con absoluto respeto a los derechos humanos, particularmente los derechos sexuales y reproductivos.
Sus dos grandes metas son reducir el embarazo en adolescentes, para lo que plantea disminuir a cero los nacimientos en niñas de 10 a 14 años y reducir en un 50 % la tasa especifica de fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años para el año 2030.
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Lo anterior debido a que el embarazo en adolescentes es un fenómeno que ha cobrado importancia en los últimos años debido a que México ocupa el primer lugar en el tema, entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad.
- Asimismo, en México, 23 % de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y los 19 años.
- De acuerdo con la Secretaría de Salud, en 2021 registró 47 alumbramientos de niñas menores de 14 años.
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