Garífunas hondureños arriban hasta Apizaco

SON INDÍGENAS

TOMÁS BAÑOS

  · martes 23 de octubre de 2018

Kevin sueña con cruzar la línea fronteriza de México con Estados Unidos de Norteamérica y reunirse con su esposa e hijo. Tomás Baños

  • “Me reuniré con mi mujer y mi hijo que ya están en el norte, yo no bebo alcohol, solo marihuana, pero controlada”, expresa

Desplazados por la violencia que viven entre etnias indígenas, indocumentados hondureños decidieron salir de sus pueblos y tomar la ruta de la ‘bestia’ de acero con destino a los Estados Unidos de Norteamérica (EE. UU.) cruzando El Salvador, Guatemala y México, hasta llegar a la Casa del Migrante en Apizaco.

Honduras es un país multiétnico, multicultural y multilingüe integrado de mestizos, criollos, anglo-hablantes, indígenas y garífunas.

Sin embargo, estos garífunas (se diferencian por ser hombres y mujeres con fortaleza de piel negra y cabello chino) que apenas alcanzan el 11 % de la población total comenzaron a abandonar su lugar de origen por la inseguridad y el hambre.

En Honduras, los garífunas –grupo descendiente de africanos y aborígenes- se distinguen por tener una cultura musical, hablan garífuna, español e inglés y se estima que en ese país hay unos 600 mil habitantes.

Kevin Martínez, tiene 22 años, pertenece a la población garífuna de Honduras, empero, salió el seis de octubre de la Costa del Caribe Atlántico.

“Quiero cruzar Estados Unidos para reunirme con mi familia, (esposa e hijo de tres años), que ya llevan tres meses en ese país”.

A su paso por el albergue la Sagrada de Familia de Apizaco, donde pernocta, expresó que los familiares de la madre de su vástago los separaron pues “dicen que no valgo nada, porque soy pobre sin corazón, que quieren mejor vida para ella, pero ella sabe que debemos estar siempre juntos para trabajar”.

-¿Sabes que viene una Caravana de Migrantes entrando a México?

-“Sí, pero me adelanté porque ellos son muchos, vienen echando relajo y yo quiero entrar a Estados Unidos mucho antes, aunque aquí voy poco a poco, conociendo el terreno y seguro para que no me deporten”.

-¿Ingieres alcohol?

“No, no bebo alcohol, solo (fumo) marihuana, pero me controlo y por ahora nada durante el viaje, ya llegará el momento cuando trabaje y me reúna con mi familia, por ahora me han tratado muy bien, si pido agua me dan, también ropa y alimentos”, enfatizó.

-¿A qué te dedicas?

-“Tenemos una cultura de la música garífuna, canto y toco maracas, tambor y guitarra pues estuve en un grupo, a eso me dedicaré allá en los Estados Unidos”.

-¿Qué religión practicas?

-“En cada hogar tenemos altares, oramos por la virgen de Guadalupe, a San José y San Martín de Porres que son nuestros curanderos”.

Kevin tiene la esperanza de cruzar la línea fronteriza de México con Estados Unidos, suma 16 días de viaje en autobús y sobre el tren de Ferrocarriles Nacionales, pero mientras descansa en el albergue de Apizaco.

En Honduras nuestras vidas corren peligro, por eso se ha salido como la mitad de cada pueblo garífuna, ya no hay forma de vida, todo es violencia y no hay empleos, yo espero llegar pronto con el favor de la virgen de Guadalupe y San José

Kevin Martínez / Garífuna