La garza negra es un ave migratoria silenciosa, capaz de emitir graznidos ensordecedores cuando es molestada con sus crías.
En la zona centro poniente de Tlaxcala es común observar su vuelo desde diciembre; se quedan varios meses hasta antes del verano.
Las condiciones climáticas les favorecen y encuentran residuos de semillas entre las parcelas.
Estas aves de pico en forma de hoz, se asocian con la garza blanca también de hábitos migratorios y con presencia en todo el Continente Americano.
Ya que la laguna de Acuitlapilco no dispone de suficiente alimento vivo, las aves pizcan residuos de granos de maíz y amaranto que se quedó después de la trilla en las parcelas.
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También, aprovechan los riegos para el cultivo de forraje que los campesinos realizan con aguas negras provenientes del río Zahuapan.
El espectacular vuelo de estas aves, de unos 20 centímetros de altitud, cautiva la atención de los campesinos que alistan sus tierras de cara al nuevo temporal.
A estas parvadas de aves migratorias se les observa desde tierras ejidales de Totolac, hasta el valle de Nativitas y Tepetitla de Lardizábal, incluso cerca de cultivos de hortalizas con riegos de aguas subterráneas en el estado de Puebla.
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Desde hace una década nos visitan cada año, se alimentan de alfalfa y lombrices que surgen al mover la tierra, se adaptan al agua contaminada del río Zahuapan