La nueva normalidad causada por la presencia del coronavirus Covid-19 alcanzó a las tradicionales prácticas religiosas de la Iglesia católica.
Así, ante la anunciada apertura de iglesias el cuatro de agosto y la celebración de misas dominicales presenciales a partir del domingo nueve, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, envió a los sacerdotes de la Diócesis el “Protocolo para la celebración de misas dominicales con asistencia de fieles durante la contingencia sanitaria”.
LA MECÁNICA
Según el documento, cada iglesia o capilla de Tlaxcala pertenece a una parroquia o cuasiparroquia, la cual debe ser identificada por los fieles para registrar cita, reservar participación y recibir un pase personal que le indicará el lugar que ocupará en el interior.
Con pase en mano, cada feligrés deberá llegar 20 minutos antes de iniciar la misa. Si llega justo a la hora o retardado y la ceremonia ha empezado no podrá ingresar, pues a los templos no entrará más del 30 % de su capacidad previamente determinada.
Los horarios de misas serán ajustados a cada iglesia, pero entre misa y misa mediarán dos horas de diferencia; por ejemplo, celebraciones de 8:00, 10:00 y 12:00 horas en un domingo, por lo que los católicos deberán consultar los horarios en las oficinas parroquiales o fiscalías que les correspondan.
Antes de ingresar al templo, los asistentes deben permitir les tomen la temperatura con termómetro tipo pistola, usar gel, portar todo el tiempo cubrebocas y pasar por un tapete sanitizante.
Solo los menores de nueve años podrán permanecer con sus padres, los de más edad ocuparán su propio asiento. Novios o esposos no podrán estar juntos.
El párroco será el responsable directo de vigilar el cumplimiento de todas las medidas ordenadas. Sin embargo, el apartado IV del mencionado Protocolo señala que podrá pedir el apoyo de fiscales, mayordomos o encargados de las iglesias, para que implementen las medidas.
Otra de las particularidades es que las misas deben ser breves; así, para quienes estén acostumbrados a homilías largas no debe sorprenderles la nueva medida, y de ser prudente en espacios abiertos.
Sin el afán de discriminar, por el contrario, cuidar la salud, las mujeres embarazadas, adultos mayores, hipertensos, con obesidad mórbida, insuficiencia renal, cáncer o distintas patologías, deben abstenerse de asistir, pues la orden es no dejarlos pasar a escuchar misa, con la recomendación de seguirla por las plataformas digitales.
En cuanto a los actos litúrgicos, estará prohibido el saludo de paz. Los comulgantes recibirán la hostia en la mano y no responderán “amén”. Los coros quedarán limitados a un máximo de cinco integrantes y cada uno deberá mantener la sana distancia de un mínimo de 1.5 metros entre cada miembro
Al término de cada homilía, los comisionados deberán desinfectar las bancas o espacios que fueron ocupados por los fieles y por el sacerdote, como sede, altar, ambón, micrófonos, libros litúrgicos, toallas y ornamentos.
Las medidas establecidas son de carácter obligatorio y no están sujetas al criterio de los párrocos
2 horas de diferencia tendrá cada celebración eucarística.
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