Hacer a un lado egoísmo, pide el Obispo

En la homilía del miércoles de ceniza llamó a privilegiar acciones buenas como la humildad, el compartir, hacer penitencia y ofrecer limosna

Nadia MENDOZA

  · jueves 15 de febrero de 2018

Julio César Salcedo Aquino presidió la celebración eucarística en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, ayer miércoles de ceniza. / Mizpah Zamora

La cuaresma permite iniciar un proceso de conversión en las personas para que se alejen del egoísmo y opten por “generar vida” en la familia y en las relaciones con los demás, afirmó el obispo de Tlaxcala Julio César Salcedo Aquino, durante la celebración eucarística que ofreció en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, ayer miércoles de ceniza.

En su mensaje, pidió privilegiar acciones buenas como la humildad, el compartir, hacer penitencia y ofrecer limosna, en general compartir los dones.

Ante los católicos, manifestó que la pascua es el acontecimiento más importante del año litúrgico, pues hace referencia a la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Durante la misa de las siete de la mañana de este miércoles, recalcó que los católicos deben superar la tentación y los pecados, al aceptar que son pecadores y necesitan de la misericordia de Jesús.

Abundó que durante el tercer, cuarto y quinto domingo de pascua los pasajes bíblicos se centrarán en la vida de Jesús, como la construcción del tempo en tres días, la serpiente de bronce y la cruz donde muere.

Señaló que los sacramentos que hacen vivir el misterio pascual son el bautismo, la confesión y eucaristía, por eso invitó a la comunidad católica a sumarse a la conversión y caminar hacia la resurrección.

Posteriormente, encabezó la colocación de la cruz de ceniza en la frente de los creyentes que acudieron a la celebración.

Así, durante todo el día, las parroquias de Tlaxcala permanecieron abiertas para recibir a los creyentes que acudieron a la imposición de la ceniza.

Este año, con este 14 de febrero, la Iglesia católica comienza con el tiempo de cuaresma que es un periodo de conversión y penitencia que se caracteriza por el ayuno, la renovación personal y la moderación.

La imposición de la ceniza a los creyentes de la iglesia en la frente, generalmente tiene forma de cruz, pero varía según la parroquia. Los sacerdotes pronuncian las palabras “recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”.

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