Con enfermedades respiratorias y diarreicas descienden de la 'bestia' de acero, decenas de infantes centroamericanos acompañados de sus padres.
De enero a mayo la casa del migrante, la Sagrada Familia ubicado en Apizaco ha recibido alrededor de 400 niñas y niñas de Honduras, Guatemala y El Salvador.
Elías Dávila Espinoza, responsable del albergue, dijo que los medicamentos que reciben de la dádiva, son insuficientes para suministrarlos entre los indocumentados.
Explicó que enfermeros y médicos voluntarios atienden a los pacientes que suman un mes de viaje desde Centroamérica, más de mil 300 kilómetros de recorrido.
Estimó que un 30 % de los centroamericanos hombres, viaja con hijos de entre 10 y 16 años de edad. Como Manuel y su hijo que salieron de Yoro, Honduras, el 15 de abril para trabajar en México.
Ana Gloria Carias, Salvadoreña
Voy para arriba con mi familia, salimos el 10 de abril, Fer (su hija) tiene tres años, está enferma de gripa y tiene un ojito con infección, ya me la atendieron pero aquí no tienen gotas"
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