Hombres y mujeres de cinco municipios del oriente de Tlaxcala comenzaron la cosecha de amaranto en unas 800 hectáreas.
Al igual que el maíz, las plantas son derrumbadas con hoz o machete y se aburran entre los surcos, todo el trabajo es manual.
Ya que la planta seca de amaranto desprende espinas milimétricas, para esta última etapa del ciclo de temporal, los amaranteros se protegen de una alergia.
Así que para la trilla con maquinaria en jornales de hasta 12 horas, los hombres del campo usan guantes, botas, overoles y protectores para la vista.
En el Ejido de Cuapiaxtla, el trabajo lo realizan, al parejo, hombres que mujeres, pues pagar al maquinista resulta inconveniente.
Como doña Mercedes López Hernández, quien en el ejido de San Lorenzo Cuapiaxtla, abastece de planta con amaranto a la máquina a fin de extraer el grano.
“Como una tonelada y media vamos a cosechar por hectárea, esperemos que alcance un precio bueno para venderlo, aquí trabaja mi hijo y mi esposo”, expresó.
ESPERAN MIL 200 TONELADAS DE AMARANTO
De acuerdo con representantes del Sistema Producto Amaranto en Tlaxcala, de las 800 hectáreas sembradas de temporal estiman obtener una cosecha de mil 200 toneladas.
En el mercado, el precio de la tonelada se prevé en unos 15 mil pesos, con rendimientos de hasta 1.5 toneladas por hectárea.
En la Comisaría Ejidal de Cuapiaxtla, los productores denunciaron que no tuvieron subsidios para sembrar el llamado “grano de oro”.
Así que Tlaxcala, después de convertirse en primer lugar a nivel nacional en producción en 2015 y 2016, con dos mil 500 hectáreas sembradas la siembra, ahora se desplomó.
El precio para fin de año tendrá una variación de entre 13 mil y 15 mil pesos la tonelada de amaranto, cuando invierten 10 mil pesos desde la siembra hasta la cosecha en Tlaxcala.
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