A pesar de no ser un destino de playa, hubo gente que le interesó visitar Tlaxcala este Sábado Santo, ante los días de asueto.
Cumpliendo con las recomendaciones del sector salud, los paseantes portaron cubrebocas y respetaron las medidas preventivas de los establecimientos y pocos lugares abiertos.
De acuerdo con el gobierno estatal, del uno al 15 de abril hay medidas precisas para contener los contagios por Covid-19 en las vacaciones de Semana Santa. Actualmente está vigente en la entidad el semáforo epidemiológico amarillo.
Este Diario confirmó que hubo gente de los estados colindantes que visitaron los lugares significativos de la capital y utilizaron los servicios de restaurantes y hoteles.
“Nos interesó venir porque es un lugar tranquilo, hay mucho por ver y los servicios no son tan caros. No vemos que exista mucha gente en los sitios públicos, eso nos animó a aprovechar el día”, manifestó Juana N., originario de Puebla, esto al salir de la Basílica de Ocotlán.
“Vengo con mis sobrinos y mis primos, porque se nos hace un lugar seguro, vemos poca gente y estamos con el cubrebocas. De hecho, contratamos el servicio de guía turística para aprovechar los atractivos abiertos y la comida”, mencionó Conrado N., de la Ciudad de México, antes de ingresar a un restaurante de la capital.
Según el Observatorio Turístico en enero del año en curso llegaron a Tlaxcala siete mil 627 visitantes tanto nacionales como extranjeros y en febrero dos mil 150.
HAY MENOS VENTAS
Lejos de mencionar números sobre las pérdidas económicas en estas vacaciones donde sigue vigente la pandemia de Covid-19, los responsables de los giros comerciales señalaron que las ventas están a flote, ni altas, ni bajas.
En años anteriores a la emergencia sanitaria en Semana Santa, las ganancias eran significativas para todos, porque registraban ventas los vendedores de artículos religiosos, comercios establecidos de ropa para ir a la playa, ambulantes, restaurantes, balnearios, entre otros giros de diversión y esparcimiento.
“No hay tanta gente en la calle, por la pandemia, porque no hay dinero, porque hay otros gastos”, respondió escueta una vendedora ambulante de helados y paletas.
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