- Especialista español analizó este fenómeno en el seminario internacional Estudios de Juventud. Diálogos México-España
Las bandas juveniles no son la causa de los problemas sociales, sino la consecuencia de la situación familiar, económica y del narcotráfico, compartió Carles Feixia Pampols, catedrático de Antropología social de la Universitat Pompeu Fabra en Barcelona, España durante el seminario internacional “Estudios de Juventud. Diálogos México-España”.
Señaló que la eliminación y la prohibición de estos grupos o meter a los jóvenes a la cárcel no es la solución y objetivo realista, más bien ofrecer alternativas en las que puedan integrarse a la sociedad.
“Es la sociedad adulta quien ha creado los problemas y culpamos a los jóvenes pandilleros que son los responsables, pero no nos damos cuenta que muchos de sus integrantes no tienen a dónde ir ante la ausencia de políticas inclusivas”.
Informó que los poderes públicos son los responsables de crear mecanismos para generar cambios en la forma de vida de los integrantes de las bandas juveniles.
“Se requiere plantear un cambio de conductas en los jóvenes con procesos de pacificación, desviolentización y desvinculación con las estructuras del crimen organizado para que tenga otra forma de vida, que les permita acceder a oportunidades de auto empleo, cooperación social y el desarrollo de la creatividad cultural”.
Lo anterior, al mencionar que los jóvenes pandilleros tienen talentos, pero por el estigma, la imagen social y la desconfianza que la sociedad percibe de estos grupos, no son escuchados.
“Estas bandas tienen una enorme capacidad creativa en lo musical, en lo virtual y estético que si se encamina de forma positiva, es el mejor antídoto contra el modelo de banda criminal que en el mundo predomina hoy en día”
Detalló que desde hace 27 años estudia este fenómeno, y con el paso del tiempo ha notado que a temprana edad ingresan a las bandas, un comportamiento que no ha cambiado.
“Siempre en la adolescencia entre los 12 y los 18 años es la primera fase de integración en estos grupos, pero debido a las dificultades de desempleo y integración social mucho de los jóvenes siguen siendo integrantes de estas bandas a los 30, incluso, a los 40 años”.
Los jóvenes que se incorporan a las bandas no superan el 5 % de una sociedad y la mayoría que se integran no son jóvenes delincuentes, sino porque han encontrado un refugio
Carles Feixia Pampols / Antropólogo social