Como parte de los 16 días de activismo en contra de la violencia de género implementados por el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), la experta Ana Heatley Tejada impartió la conferencia magistral “Retos para la libre participación política de las mujeres trabajadoras”, donde reveló que la dependencia económica es una condición que vuelve más vulnerables a las mujeres ante la violencia de género.
Ante funcionarias de la administración estatal y de diferentes dependencias gubernamentales, a través de la plataforma Zoom, Heatley Tejada manifestó que eso es derivado del trabajo no remunerado que realiza la mujer con actividades propias del hogar o de cuidadora de otras personas.
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En este sentido, subrayó que el trabajo no remunerado ocurre regularmente en el hogar o negocios familiares, pues no recibe compensación económica, pero sí está relacionado con el uso del tiempo y eso tiene patrones distintos para hombres y mujeres, pues ese trabajo no remunerado marca eso, que no les permite realizar otra tarea ajena a ello.
Explicó que, en México, de las horas de cuidado solo el 6 % recibe un pago, pero más allá de la parte física, el impedirles el desarrollo personal, profesional y educativo es una barrera para la autonomía, pues si no tienen esos ingresos se vuelven más vulnerables a la violencia de su entorno, así como dentro del hogar.
Asimismo, lamentó que otro de los retos que derivan en violencia son los roles de género, de lo que significa ser mujer, así como de la feminidad, concepto que está ligado a lo doméstico, que es un espacio privado que no está a la vista del público ni de las instituciones.
Más detalles: ➡️ Emite TET Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción del Acoso Laboral, la Violencia Laboral, el Hostigamiento Sexual y el Acoso Sexual
Además, criticó que sea ejercida una gran violencia psicológica o política de aquellas que quieren participar de la vida pública, que trabajan por y para sí, pues las pueden tratar de avergonzar, lo que se ve en redes sociales, es decir, hacerlas menos, discriminarlas, negarles espacios, restarles capacidad, inteligencia y poder, además de no reconocer sus habilidades y no brindarles acceso a espacios políticos de decisión o influencia en toma de decisiones políticas.
Por lo anterior, insistió en que faltan políticas para poder eliminar estos aspectos que reducen a la mujer a un papel de cuidadora del hogar o de las personas, para verla como alguien que tiene capacidad de ocupar puestos de decisión y no solo de abnegarse a la crianza de los hijos o cuidado de los hombres, pues solo así podrán salir de esas sombras y ocupar mayor terreno en todos los ámbitos.