/ lunes 5 de octubre de 2020

La masonería es un fenómeno histórico: Cesáreo Teroba

El cronista de la capital presentó un libro que formó parte de los festejos del 495 aniversario de la ciudad de Tlaxcala

La masonería es un fenómeno histórico que ha estado presente durante los tres últimos siglos, pero en la actualidad es un tema polémico y controvertido, refirió Cesáreo Teroba Lara, cronista municipal de Tlaxcala.

Lo anterior formó parte de la ponencia digital del libro "La Masonería como problema político-religioso. Reflexiones históricas", del autor José Antonio Ferrer Benimeli, que fue presentado como parte de las actividades por el 495 aniversario de la Ciudad de Tlaxcala.

De acuerdo con Teroba Lara, el libro indica hasta donde llega el mito y donde comienza la realidad sobre este tema que es apasionado en unos casos y violento en otros.

Explicó que en algún momento la masonería se convirtió en un recurso fácil y le echaban la culpa de todo lo malo, tanto en el ámbito político y religioso, pero en especial en el histórico, actualmente numerosas publicaciones se han ocupado, desde un criterio científico y objetivo, de hablar sobre esta asociación.

El cronista mencionó que en 1979, la Real Academia de la Lengua Española definió a la masonería como una asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua, usan emblemas, signos especiales y se agrupan en entidades llamadas logias.

Por lo tanto, el autor del libro dice que los masones se mueven en un terreno histórico, polémico y resbaladizo, donde los datos y contradicciones son frecuentes, tanto en los apologistas y detractores.

No obstante, argumentó que la masonería no es un partido político, un sindicato, religión o secta, ni una sociedad oculta, aunque tiene sus secretos como cualquier otra institución.

“El origen de la masonería se encuentra en la Edad Media, cuando se construyen grandes catedrales, de modo que pocos gremios del medievo han tenido tanto influjo y repercusión en la historia posterior como el de los constructores”, precisó.

Agregó que en la actualidad se ha señalado de forma inequívoca el origen de aquella masonería operativa que posteriormente, a comienzos del siglo XVIII, dio paso a la actual masonería especulativa, analítica, tan distante en sus fines, pero tan igual en sus ritos, ceremonias de iniciación, nomenclatura y organización.

Precisó que existe una serie de documentos que permiten apreciar la transición entre el paso de la masonería medieval de los constructores de catedrales y de la operativa, cuyos miembros se obligaban a ser buenos cristianos, a frecuentar la iglesia y promover el amor de Dios y del prójimo, a la masonería moderna y especulativa.

Explicó que la edificación de las grandes catedrales, hermandades y logias masónicas quedaron en manos de los miembros adoptivos o de fragmasones adoptados, de ahí que los especulativos se impusieron a los operativos a partir de 1917.

Para 1923 se comenzó a dar culto al gran arquitecto del universo y la masonería contemporánea se presentó como una asociación defensora de la dignidad humana, solidaridad y fraternidad, con el objetivo de conseguir el perfeccionamiento moral y cultural de sus miembros mediante la construcción de un templo simbólico dedicado a la virtud.

Cesáreo Teroba puntualizó que la masonería actual utiliza un lenguaje y rituales simbólicos tomados de las gremios y logias de los albañiles, los masones medievales, de quienes han guardado sus ambientes y su terminología para dar un sentido ético-espiritual.

“El triángulo equilátero, cuyos tres lados representan la libertad, igualdad y fraternidad que deben reinar entre los masones, es una declaración abreviada de derechos y deberes humanos fundamentales, se coloca siempre de modo que la libertad y la igualdad descansen sobre la fraternidad, por otra parte la escuadra y el compás significan –respectivamente- la realidad con que debe marchar el masón por la vida y la distancia que debe guardar respecto a todos los hombres”.

Concluyó con que el masón debe ser buen ciudadano, preocupado por la paz, seguridad, razón, libertad, justicia, tolerancia, igualdad, fraternidad y solidaridad entre todos los hombres.

  • La masonería integra a más de siete millones de miembros en el mundo, pertenecen figuras de la historia mundial, de la milicia, política y ciencia, pero sigue siendo algo desconocido, misterioso y hasta tenebroso para el público, refiere José Antonio Ferrer Benimeli en su libro"La Masonería como problema político religioso. Reflexiones históricas".

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La masonería es un fenómeno histórico que ha estado presente durante los tres últimos siglos, pero en la actualidad es un tema polémico y controvertido, refirió Cesáreo Teroba Lara, cronista municipal de Tlaxcala.

Lo anterior formó parte de la ponencia digital del libro "La Masonería como problema político-religioso. Reflexiones históricas", del autor José Antonio Ferrer Benimeli, que fue presentado como parte de las actividades por el 495 aniversario de la Ciudad de Tlaxcala.

De acuerdo con Teroba Lara, el libro indica hasta donde llega el mito y donde comienza la realidad sobre este tema que es apasionado en unos casos y violento en otros.

Explicó que en algún momento la masonería se convirtió en un recurso fácil y le echaban la culpa de todo lo malo, tanto en el ámbito político y religioso, pero en especial en el histórico, actualmente numerosas publicaciones se han ocupado, desde un criterio científico y objetivo, de hablar sobre esta asociación.

El cronista mencionó que en 1979, la Real Academia de la Lengua Española definió a la masonería como una asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua, usan emblemas, signos especiales y se agrupan en entidades llamadas logias.

Por lo tanto, el autor del libro dice que los masones se mueven en un terreno histórico, polémico y resbaladizo, donde los datos y contradicciones son frecuentes, tanto en los apologistas y detractores.

No obstante, argumentó que la masonería no es un partido político, un sindicato, religión o secta, ni una sociedad oculta, aunque tiene sus secretos como cualquier otra institución.

“El origen de la masonería se encuentra en la Edad Media, cuando se construyen grandes catedrales, de modo que pocos gremios del medievo han tenido tanto influjo y repercusión en la historia posterior como el de los constructores”, precisó.

Agregó que en la actualidad se ha señalado de forma inequívoca el origen de aquella masonería operativa que posteriormente, a comienzos del siglo XVIII, dio paso a la actual masonería especulativa, analítica, tan distante en sus fines, pero tan igual en sus ritos, ceremonias de iniciación, nomenclatura y organización.

Precisó que existe una serie de documentos que permiten apreciar la transición entre el paso de la masonería medieval de los constructores de catedrales y de la operativa, cuyos miembros se obligaban a ser buenos cristianos, a frecuentar la iglesia y promover el amor de Dios y del prójimo, a la masonería moderna y especulativa.

Explicó que la edificación de las grandes catedrales, hermandades y logias masónicas quedaron en manos de los miembros adoptivos o de fragmasones adoptados, de ahí que los especulativos se impusieron a los operativos a partir de 1917.

Para 1923 se comenzó a dar culto al gran arquitecto del universo y la masonería contemporánea se presentó como una asociación defensora de la dignidad humana, solidaridad y fraternidad, con el objetivo de conseguir el perfeccionamiento moral y cultural de sus miembros mediante la construcción de un templo simbólico dedicado a la virtud.

Cesáreo Teroba puntualizó que la masonería actual utiliza un lenguaje y rituales simbólicos tomados de las gremios y logias de los albañiles, los masones medievales, de quienes han guardado sus ambientes y su terminología para dar un sentido ético-espiritual.

“El triángulo equilátero, cuyos tres lados representan la libertad, igualdad y fraternidad que deben reinar entre los masones, es una declaración abreviada de derechos y deberes humanos fundamentales, se coloca siempre de modo que la libertad y la igualdad descansen sobre la fraternidad, por otra parte la escuadra y el compás significan –respectivamente- la realidad con que debe marchar el masón por la vida y la distancia que debe guardar respecto a todos los hombres”.

Concluyó con que el masón debe ser buen ciudadano, preocupado por la paz, seguridad, razón, libertad, justicia, tolerancia, igualdad, fraternidad y solidaridad entre todos los hombres.

  • La masonería integra a más de siete millones de miembros en el mundo, pertenecen figuras de la historia mundial, de la milicia, política y ciencia, pero sigue siendo algo desconocido, misterioso y hasta tenebroso para el público, refiere José Antonio Ferrer Benimeli en su libro"La Masonería como problema político religioso. Reflexiones históricas".

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