La temporada de lluvias ha provocado afectaciones en los templos que resultaron dañados por los sismos de septiembre de 2017, confirmó la Iglesia católica, quien comentó que establecen acciones con las autoridades estatales y municipales para la protección de los inmuebles.
Las precipitaciones pluviales han generado que las estructuras se humedezcan, por lo que las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la entidad, se han encargado de cubrirlas con lonas para evitar reblandecimientos.
Los templos en donde hay fisuras importantes, están en mayor riesgo de deterioro, por lo que los arquitectos y restauradores del centro INAH han emprendido acciones para evitar un mayor impacto.
La Diócesis de Tlaxcala tiene un registro de que 53 estructuras religiosas se encuentran en periodo de intervención por el INAH, entre los que destacan la parroquia de San José, la Basílica de Ocotlán, y el exconvento de San Francisco en Tepeyanco.
Las iglesia de Ocotlán y San José se encuentran apuntaladas para evitar debilitamientos, mientras que el arte sacro que se resguardaba en ellas ha sido protegido y trasladado a otras instalaciones para evitar que sea dañado.
Para poder atender los daños que se pudieran registrar en los inmuebles se tiene contemplado un recurso del 20 % adicional, a los 50 millones de pesos que serán destinados para la segunda etapa de restauración.
Las obras que no pudieron ser retiradas de los templos fueron debidamente balizadas, con plásticos especiales, para evitar que las condiciones del ambiente provoquen un daño mayor.
En el caso del exconvento de San Francisco en Tepeyanco, la cúpula que cayó ha sido debidamente protegida.
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