Llama la Iglesia a fieles a seguir ejemplo de Jesús y ser servidor del prójimo

El obispo Julio César Salcedo Aquino escenificó en la Catedral de Tlaxcala el lavatorio de pies a los discípulos

Karla Muñetón / El Sol de Tlaxcala

  · jueves 28 de marzo de 2024

La tarde de este Jueves Santo, el Obispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, llamó a la feligresía de la entidad a seguir el ejemplo de Jesús y volverse servidores del prójimo.


De forma previa a la escenificación del lavatorio de pies a los discípulos, en el que participaron el mismo número de mujeres y hombres, el Obispo recordó que durante la Última Cena, cuando Jesús lavó los pies a sus discípulos, se convirtió en servidor de ellos y, eso a su vez, fue el signo de la eucaristía del servicio.

"Así como yo parto mi vida, así como yo voy a derramar mi sangre para vida de todos ustedes, así también el signo propio de todo discípulo de Jesús es el servicio", expresó Salcedo Aquino ante decenas de asistentes a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción en la capital de Tlaxcala.


Como un gesto similar al de Jesús hace casi dos mil años, el Obispo Julio César Salcedo Aquino se inclinó ante quienes personificaron a los 12 discípulos para lavar sus pies que, dijo, significa adoptar una actitud de servicio y el estar en contacto con la Eucaristía, para, entonces estar siempre en servicio con los demás.

Añadió que en la Eucaristía de Pascua se participa de una manera especial, pues todos los domingos invitan al servicio, a que como Jesús los fieles se pongan en inclinación hacia los demás para servir, para ayudar, para apoyar, para escuchar y para servir a la palabra de Jesús, de ahí que por eso, el Jueves Santo, es un día central porque permite comprender el Viernes Santo, el Sábado Santo y la Pascua.


"El jueves Santo nos ayuda a comprender el Triduo Pascual, nos ayuda a comprender el misterio de la Cruz, a comprender cómo Jesús se pone en manos de su padre y su padre lo resucita porque desgastó su vida por los demás, entregó la vida por los demás. Se quita el mando y se pone en actitud de esclavo al lavar los pies a los apóstoles; entrega la vida para el servicio como sucederá en el momento de la Crucifixión cuando Jesús es despojado de sus vestiduras para entregar su vida por todos", expresó.


Indicó que comprender el

y hacer el gesto también de las celebraciones de lavatorio de los pies no debe ser como algo folclórico o como algo simplemente representativo, sino que va más allá porque ahí está el centro de la vida, al significar que verdaderamente serán discípulos de Jesús en la medida en que sirvan a los demás, compartan los dones que el Señor les ha dado y compartan sus capacidades y cualidades.


"En la medida en que nosotros servimos a los demás, en esa medida nuestro corazón crece, se ensancha y somos felices porque compartimos los dones del Señor. Cuando nos encerramos a nosotros mismos entonces nuestro corazón se encoge y no somos felices, por eso Jesús dice: felices aquellos que viven este mandamiento del amor", comentó.


Reiteró que la celebración del Jueves Santo es un momento de preparación para el Triduo Pascual que está compuesto por la pasión, muerte y resurrección de Jesús, momentos en los que no hay celebración eucarística y donde el centro es la lectura de la Pasión del Señor en la liturgia vespertina del Sábado de Gloria.

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