Con motivo de la fiesta católica denominada Corpus Christi, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, presidió una misa desde la Basílica de Ocotlán y llevó a cabo la bendición de “la capilla expiatoria”. Además, encabezó una pequeña procesión en el principal cuadro de la comunidad y llamó a la feligresía a “compartir sus dones”.
En su homilía, puntualizó que esa celebración representa al cuerpo y la sangre del Cristo, “como un símbolo en donde el señor ofrece alimento y al mismo tiempo nosotros, la feligresía es el alimento para los demás”.
“Nos ayuda a fortalecernos y hacer viva esa palabra, no dejarla vacía o estéril, sino que sea una palabra fecunda, cada vez que recibimos el cuerpo y la sangre del señor, estamos asumiendo el proyecto de Jesús ese proyecto de dar la vida por los demás”, dijo.
En sentido filosófico, aseveró que la eucaristía es “alimento de vida, antes de ser adoración, es alimento de vida, después adoración contemplativa, es el silencio agradecido de los dones que el Señor nos ha dado”. El programa eucarístico, incluyó la bendición de “la capilla expiatoria”, por lo que el máximo jerarca de la grey católica se refirió a ella como una de adoración, “la cual no debe servir para encerrarnos en nosotros mismos, sino para tomar fuerza y servir al pueblo de Dios y continuar con la misión de Jesús”. Explicó que se refirió al servicio hacia los demás, salir de ellos mismos y compartir los dones que Dios les ha dado “y más en esta situación difícil y adversa que estamos viviendo, en esta emergencia sanitaria, en donde se requiere testigos de la eucaristía, testigos del servicio y del Evangelio”.
Insistió en que la feligresía debe aprender que el mensaje divino, fue que las personas no deben servirse, sino servir, entregar la vida por los demás, para que con ello se rememore la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
“La Iglesia, a través de los siglos, ha hecho memoria de este misterio de amor, pero no es para que nosotros lo contemplemos solo como devociones eucarísticas, pues esas vinieron después, a través de los siglos, pero la primera intención de Jesús fue mostrarse como alimento.
Posteriormente, el máximo jerarca de la grey católica en la entidad, encabezó la procesión por las principales cuadras que rodean la basílica, bendijo la “capilla expiatoria” y veneró la eucaristía.
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