Un artesano dedicado al manejo de la pirotecnia todos los días arriesga su vida por algo: ganar dinero honestamente para llevar a su hogar comida y el sustento diario. El oficio es bonito entre quienes lo practican, pero saben que igual es demasiado riesgoso, ya que un descuido no solo cuesta daños materiales, sino la perdida de la propia vida.
Al respecto, Bernardino Pérez Luna, conocido en Sanctórum como el “hombre bomba”, lleva más de 30 años de su vida elaborando juegos pirotécnicos, castillos y otros artefactos en su polvorín heredado por su padre Andrés Pérez Hernández (+).
En entrevista con El Sol de Tlaxcala, afirmó que con el pasar de los años, este trabajo se ha convertido en uno castigado y mal pagado, más desde que inició la pandemia y tras la suspensión de los eventos masivos. Si les va bien, dijo, pueden ganar de 700 o mil pesos a la semana, o más… pero tras largas jornadas de trabajo que pueden rebasar las 12 horas diarias dentro de un polvorín.
Yo tengo un taller y de verdad trato de ayudar a mis compañeros porque sé lo que es la pobreza y ganarse un peso, por ello trato de que su sueldo sea el mejor entre la región, pero soy muy estricto con las medidas de seguridad.
A sus 54 años de edad, recordó que en 1993 vivió lo más triste de su vida al perder a su hermano tras la explosión de su "polvorín", pues un “descuido humano” provocó la tragedia que enlutó a su familia.
Todos los días arriesga uno la vida porque manejamos un explosivo, pero quienes trabajamos en la pirotecnia somos muy humildes y nos sentimos orgullos de compartir buenos momentos, agregó.
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