Proteger a la vida desde la gestación, fue el exhorto que hizo el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, a decenas de católicos a través de la “Peregrinación a favor de la mujer y la vida”, que tuvo lugar el día de ayer en la capital del estado.
En un mensaje dirigido a quienes lo acompañaron en esta marcha, Salcedo Aquino manifestó: queremos hacer visible respetar la integridad y el derecho a la vida del hijo e hija en gestación, pues los signos de muerte que percibimos en nuestra sociedad son expresión de una insensibilidad moral.
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Durante la movilización a nivel nacional a la que se sumó Tlaxcala, el jerarca de la Iglesia católica estuvo acompañado de creyentes y colectivos provida quienes, vestidos de blanco y con pancartas en mano, mostraron su inconformidad contra de todo tipo de violencia ejercida hacia las mujeres y en rechazo del aborto.
El recorrido partió del Centro de Convenciones de Tlaxcala y concluyó en la basílica de Ocotlán, donde el obispo Salcedo Aquino planteó que la peregrinación en la que participaron ante el llamado nacional fue una “expresión nacida desde la fe” a favor de la mujer, su dignidad y de la vida.
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Recalcó que ante los hechos que se viven en la actualidad es necesario un mensaje de esperanza ante la cultura de la muerte, de la solidaridad para promover y defender la dignidad de las personas desde su concepción hasta su muerte natural.
Añadió que quien pierde la sensibilidad moral comienza a destruirse, se deshumaniza, convirtiendo a las personas en corruptas, violentas y criminales, lo que provoca una pérdida para la humanidad y en su degradación moral.
Adultos mayores, mujeres, hombres y menores de edad, participaron en la peregrinación convocada a nivel nacional, en la que a través de la oración los asistentes pidieron por el bienestar general de Tlaxcala.
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CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE OCOTLÁN
Durante la celebración eucarística en la basílica de Ocotlán, el Obispo reforzó su mensaje para respetar el derecho a la vida humana, revalorizar a la mujer y a promover la dignidad de las personas a través de un mensaje de fe y esperanza.
Además, consagró al pueblo de Tlaxcala a la virgen de Ocotlán, para solicitar su intervención ante los momentos difíciles que ha tenido que atravesar la ciudadanía por la pandemia, además de agradecer por quienes sobreviven a la enfermedad.
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Y concluyó: nos enfrentamos a enfermedades, guerra, violencia, injusticias, asesinatos, corrupción, no se respeta la vida, no se valora la dignidad de las personas, es decir, es una humanidad que tiene la necesidad de ser sanada.
La peregrinación fue realizada de manera pacífica por integrantes de la Diócesis de Tlaxcala y colectivos provida.
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