Después de que las escuelas están cerradas por la emergencia sanitaria, Liliana N., quien tiene una papelería, afirmó que se ajusta a los horarios para tener clientes.
Originaria del municipio capitalino, con 56 años de edad, compartió que al principio cerró temporalmente, pero después de unas semanas tuvo la necesidad de continuar para tener ventas y por tanto ingresos, por lo que optó por adaptarse a horarios y explicarles a sus clientes que su papelería estaría abierta un rato por la mañana y por la tarde.
Ahora que los menores están a distancia, enfatizó que abre a eso de las 11 del día, luego cierra para comer y por la tarde a las 16 horas nuevamente da servicio hasta las 19 horas, de lunes a viernes. Mientras que los sábados de 12 a 15 horas. Consideró que previo a la pandemia por Covid-19 tenía buenas ventas todos los días, pues a una cuadra está un preescolar.
“Sí hay ventas, son pocas, pero vienen las mamás, los niños que a comprar un papel bond, una librera, una copia. Incluso un pequeño regalo. Limpio el material que tengo porque me preocupa que se haga feo y ya no lo pueda vender”, dijo.
Lili N., como le dice su pareja de vida, mencionó que la papelería contribuye a su sustento familiar por eso con las medidas preventivas tiene tapete sanitizante y gel antibacterial para sus clientes, además que al ingresar deben usar obligatoriamente cubrebocas.
“Dejo ingresar solo a una persona, puse un plástico para separar el mostrador y cuando doy el cambio le pongo un líquido limpiador. Es parte de la nueva forma de los negocios y todos tenemos que protegernos Tras mencionar que tiene 10 años con su papelería, Lili N., expresó que le da gusto que las mamás le compren artículos que sus hijos necesitan para la escuela, pues eso significa que los alumnos siguen estudiando a pesar de las circunstancias sanitarias.
“Vienen a comprar pinturas, cartulina para los niños de preescolar, no es mucha la venta, pero es recurso digno que me hace falta. Me platican que se conectan sus hijos, que les dejan tarea los maestros de las escuelas públicas que están cercanas a mi papelería”, añadió.
Limpio el material que tengo porque me preocupa que se haga feo y ya no lo pueda vender
LILIANA N. DUEÑA DE PAPELERÍA
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