A pesar del alto impuesto a las bebidas azucaradas y de la etiqueta frontal que alerta del exceso de calorías y de azúcares, las familias tlaxcaltecas siguen comprándolas, por eso el sector salud pidió corresponsabilidad para cuidar de la salud.
El precio de un jugo o refresco depende de la marca, presentación, sabor y tamaño. Básicamente valen entre 15 y 20 pesos en promedio, de ahí en adelante. Pero este tipo de bebidas son fuente principal de azúcares, lo que contribuye a la obesidad tanto infantil como en la población adulta.
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La Secretaría de Salud (SSa) federal insistió en que las familias tengan una corresponsabilidad en la disminución de las bebidas azucaradas, lo que ayudará a cuidar de su bienestar, evitar el desencadenamiento de enfermedades crónico degenerativas como la diabetes e hipertensión, entre otras.
Tras enfatizar la importancia de hacer ejercicio todos los días y aprender a comer saludable, la SSa argumentó que la obesidad es el incremento de peso no solo por la alimentación saturada en grasas, azúcares, sales y carbohidratos, también influyen las condiciones sociales, el entorno en donde viven las personas, su estilo de vida, el estado de salud mental y la herencia genética.
En este sentido, la dependencia federal recordó que el etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados de fabricación nacional o extranjera, que se comercialicen en el país, es obligatorio de acuerdo a la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, la encargada de establecer la información comercial y sanitaria que deben contener dichos productos.
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Aclaró que la NOM 051 determina las características de dicha información y establece un sistema de etiquetado frontal, el cual debe advertir al consumidor final, de forma clara y veraz, sobre el contenido de nutrimentos críticos e ingredientes que representan un riesgo para la salud cuando se consumen en exceso.
En este orden, explicó que el etiquetado se integra por cinco sellos de advertencia en forma de octágono, que, de manera clara, sencilla y visible indican cuando un producto contiene exceso de nutrimentos e ingredientes críticos como calorías, grasas saturadas, grasas trans, azúcar y sodio.
Dijo que la NOM 051 prohíbe que los envases contengan personajes infantiles, dibujos animados, celebridades o elementos interactivos que estén dirigidos a menores de edad para incitar a consumir, comprar o elegir algún producto.
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Finalmente, la SSa defendió que los beneficios del etiquetado frontal son que ayuda a tomar una decisión de compra informada, advierte de manera fácil, rápida y verídica sobre los nutrimentos, permite comparar el contenido específico de un nutrimento y advierte de ingredientes dañinos para la salud.