El tres de febrero de 1994, el aspirante a la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio Murrieta, pisó por primera y única vez tierras tlaxcaltecas. En aquel entonces nadie imaginó que mes y medio después perdería la vida en un cobarde ataque a balazos.
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A 30 años de su muerte, El Sol de Tlaxcala recuerda la visita al territorio estatal del popular político, en la que concretó reuniones con estructuras priistas, la iniciativa privada, jóvenes deportistas y diferentes sectores más.
El hecho fue todo un acontecimiento y ocupó las páginas principales del Diario de los Tlaxcaltecas previo, durante y posterior a la visita, sin pensar que semanas después el político favorito a ocupar la silla presidencial perdería la vida.
La expectativa era amplia, la visita del priista originario de Magdalena de Kino, Sonora, puso a Tlaxcala en los reflectores, esperaban a conocer la fortaleza del mensaje que enviaría desde la entidad con menor territorio del país.
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Previo al esperado arribo por la cúpula priista, el entonces columnista de este Diario, José Vicente Saiz Tejero, detallaba en sus líneas: “interesante será conocer la forma en que se desarrolle la visita de Luis Donaldo Colosio… como en todo el país, la opinión pública estará pendiente, tanto del contenido de su discurso como de la manera en que se organicen en Tlaxcala”.
El economista con estudios en el Instituto Tecnológico de Monterrey, en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos de América y del Instituto Interamericano para el Análisis de Sistemas Aplicados, con sede en Viena, Austria, destacaba por su espíritu de servicio, carácter humanista y trayectoria política.
De ahí que la expectativa era amplia para recibir al aspirante presidencial en tierra tlaxcalteca, tuvieron un aproximado de participación de 15 mil tlaxcaltecas, con la integración de la estructura territorial y sectorial.
La Plaza de la Constitución, un hotel de la comunidad de Atlihuetzia y radiodifusoras locales fueron los espacios que visitó Colosio Murrieta.
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El mensaje que resonó la mañana del jueves 3 de febrero de 1994 en la Plaza de la Constitución de la capital tlaxcalteca, ante más de 15 mil personas, fue contundente y en alusión al conflicto de paz que se vivía en Chiapas.
Fiel a su personalidad, Colosio Murrieta llamó a los partidos políticos a oponerse y cerrarle el paso a la violencia y a preservar la paz, de acuerdo con el archivo celosamente guardado en las páginas de El Sol de Tlaxcala, en escenarios con gran multitud el aspirante político hizo fuertes llamados a cambiar el escenario que hace tres décadas se vivía en el país.
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Desde tierras tlaxcaltecas propuso seis medidas concretas para consolidar el Acuerdo para la Paz, la Democracia y la Justicia. En este escenario resaltó la voluntad política, buena fe y clima de confianza que mostraron los partidos políticos con el proyecto que emprendía.
En su visita afirmó vengo a comprometerme con los tlaxcaltecas, vengo a hacerlo de frente, porque al igual que ustedes rechazo la demagogia, la mentira, la ficción y la simulación. Al igual que ustedes quiero que la verdad sea la que triunfe sobre la mentira y, al igual que ustedes, sé que con el trabajo, con organización y con la decisión el triunfo será de nosotros.
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Los más de 15 mil tlaxcaltecas provenientes de 44 municipios, que recibieron al abanderado tricolor, escucharon el compromiso de una reforma de gobierno que acercaría las decisiones a la gente, para consolidar un gobierno comunitario, así como mejores oportunidades de educación, que solo quedaron en propuestas tras perder la vida semanas después.
Fue claro al considerar que la fortaleza de su partido radicaba en su militancia, simpatizantes, organizaciones, vínculos con la sociedad y en su capacidad de representar la mayoría de las aspiraciones de los mexicanos.
Líderes políticos, empresarios, sectores, campesinos y más se reunieron para escuchar el mensaje de Colosio, aunque también para exigir, por ello la gira del aspirante presidencial fue calificada con “dos caras”, una de ellas fue la concentración multitudinaria, llena de colores y expresiones. La segunda fue el encuentro con la juventud y dar voz a quienes por décadas se sentían olvidados.
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El lenguaje fue coloquial y la solicitud fue a que contestara “sin rollos” y compartió generalidades de sus propuestas de gobierno.
Su participación en Tlaxcala fue destacada, al señalar que a pesar del contexto de tensión política que se vivía a raíz del fenómeno de violentación de la paz y el orden social en Chiapas, con diversas propuestas y en pro de un acuerdo de paz.
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El 23 de marzo de 1994 una noticia cimbró al país, un artero ataque con arma de fuego provocó la muerte del presidenciable, hecho que empató con la visita que su contendiente izquierdista, Cuauhtémoc Cárdenas, hiciera a tierras tlaxcaltecas, específicamente en el municipio de El Carmen Tequexquitla.
El candidato del PRI a la Presidencia de la República murió a las 20:10 horas, casi cinco horas después de haber sido acribillado a balazos al término de un mitín de campaña. Hecho por el que fueron detenidos Arturo Aburto Martínez, de 26 años de edad alias “el muertero” y Vicente Mayoral, de 46 años de edad.
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El triste suceso que conmovió a todo el país, ocurrió a las 17:06 horas, a escasos minutos de que el candidato presidencial diera por concluido un mitin que encabezó con vecinos de la colonia popular Lomas Taurinas, así como con representantes de decenas de colonos de organizaciones urbanas populares de Tecate, Rosarito y Tijuana.
Coincidentemente ese mismo día en Tlaxcala su adversario más fuerte por la carrera presidencial visitaba la entidad, mientras que el día que se imprimía la noticia en el Diario de los Tlaxcaltecas, el obispo de Tlaxcala, Luis Munive Escobar, conmemoraba medio siglo de sacerdocio.
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LA CRÓNICA DE LA TRAGEDIA
El licenciado Colosio Murrieta caminaba entre sus simpatizantes en territorio de Tijuana, al salir del lugar de pronto se le acercó un joven y sacó una pistola con la cual le disparó dos tiros a quemarropa.
La primera bala de calibre pequeño (22 o 25), le penetró el vientre y la segunda le entró a la altura del cuello izquierdo; lo que ocasionó que Luis Donaldo se desplomara chorreando sangre.
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Acto seguido, un oficial de apellido Castillo y el general Domiro García Reyes, jefe de la escolta del extinto político sonorense, lo levantaron y luego de cinco minutos de abrirse paso con dificultad entre la gente, lograron llegar a la camioneta al servicio de la campaña, de ahí lo trasladaron hasta encontrar una ambulancia que lo llevó al Hospital General de Tijuana.
Mientras, en la calle de Mimiahuapan, escenario del trágico y alevoso crimen, otros elementos de la seguridad del candidato priista detuvieron a los presuntos responsables del grave delito, a quienes debieron proteger de la turba enardecida que intentaba su linchamiento, de acuerdo con los archivos periodísticos de la época.
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Tras el trágico hecho muchas fueron las muestras de reconocimiento al político sonorense, Organización Editorial Mexicana se sumó a las muestras de afecto y el director general, Mario Vázquez Raña, lamentó la muerte del político.
EL CANDIDATO
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Luis Donaldo Colosio Murrieta, originario de Magdalena de Kino, Sonora, fue un político y economista mexicano, miembro del PRI, que se desempeñó como diputado, senador y presidente del partido.
Luis Donaldo Colosio durante su visita a Tlaxcala en febrero de 1994:
Vengo a comprometerme con los tlaxcaltecas, vengo a hacerlo de frente, porque al igual que ustedes rechazo la demagogia, la mentira, la ficción y la simulación