Con el Miércoles de Ceniza inicia para los católicos la Cuaresma, un período de reflexión y preparación para Semana Santa.
Previo a la imposición de la ceniza y al dar lectura al Evangelio de este día, el párroco de San José, Marco Antonio Padilla Aguilar, explicó que eso es un sacramento que invita a todos como Iglesia a entrar en un tiempo de arrepentimiento y conversión para celebrar, nuevamente, el gran misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Indicó que esta Cuaresma está dirigida a una vida de reflexión como católicos para combatir la cultura de muerte que se ha desatado en los últimos tiempos en las comunidades, de ahí la importancia de la conversión que servirá para dejar ese camino, buscar el perdón y reconciliarse con sus enemigos.
"Es un tiempo de gracia y bendición", recomendó. En entrevista, abundó que la Cuaresma es un tiempo en el que los católicos piden a Dios la gracia de sentirse purificados.
Añadió que el arrepentimiento los lleva a la confesión y que, tal como lo dice el Evangelio, Jesús les pide actuar con tres cosas para lograr esa conversación: la limosna, la oración y el ayuno.
Detalló que la limosna es dar un poco de lo mucho que Dios les ha concedido para compartir con los más pobres; la oración es un diálogo con Dios para entrar a la conciencia propia, y que el ayuno significa abstenerse de algunas cosas y actitudes que contaminan y son dañinas.
"Todo eso para vivir el Misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, pero sobre todo para tener una vida nueva en nuestra sociedad", expresó.
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